Macri reconoce desafíos al asumir la presidencia de Argentina

El presidente argentino, Mauricio Macri, y su esposa, la primera dama Juliana Awada, saludan a sus seguidores al salir del Congreso en Buenos Aires, tras la ceremonia de juramentación, el jueves, 10 de diciembre de 2015.

En el acto de traspaso no estarán presentes ni la expresidenta Fernández ni los diputados peronistas.

Mauricio Macri juró el jueves como presidente de Argentina hasta 2019 con un discurso conciliador, pero contundente en el que prometió combatir la corrupción.

También pidió la colaboración de todos los sectores políticos para hacer frente a los desafíos económicos.

Macri, un tecnócrata conservador de 56 años, juró "por Dios y estos santos evangelios desempeñar con lealtad y honestidad el cargo de presidente de la nación y observar y hacer observar con fidelidad la constitución de la Nación Argentina", ante los presentes reunidos en el Congreso, adonde no acudió la presidenta saliente Cristina Fernández de Kirchner ni la mayoría de los legisladores peronistas que le responden.

En su primera alocución como presidente, Macri sostuvo que la prioridad de su gobierno será alcanzar la "pobreza cero", combatir la corrupción y el narcotráfico y unir a los argentinos.

Macri dijo que sus compatriotas "están cansados de prepotencia y enfrentamiento inútil" y convocó "a todos a aprender el arte del acuerdo".

Ganador de la segunda vuelta electoral del 22 de noviembre, Macri inaugura un nuevo ciclo político que reemplaza al kirchnerismo, el movimiento de centroizquierda creado en el seno del peronismo por Fernández (2007-2015) y su fallecido marido y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007). Ambos desarrollaron un poder personalista y aplicaron una fuerte intervención estatal en la economía y amplios programas sociales.

Macri, miembro de una familia empresaria, presidió el club de fútbol Boca Juniors y fue alcalde de Buenos Aires entre 2007 y 2015.