Se reinició el debate en el Congreso sobre cómo mantener las armas de fuego fuera del alcance de personas con problemas mentales.
El asesinato masivo en Santa Bárbara, California, que dejó a seis personas muertas, reinició un debate en el Congreso sobre cómo mantener las armas de fuego alejadas de personas con serios problemas mentales.
Como han fallado las gestiones para regular la venta de armas, algunos legisladores están presionando para reformar el sistema de atenciones de salud mental para enfocar más en aquellos severamente enfermos.
En un foro en el Capitolio, el representante Tim Murphy señaló que antes de Santa Bárbara, ocurrieron tiroteos masivos en una escuela primaria, en Newtown, Connecticut, en un cine en Aurora, Colorado, y en Tuczon, Arizona.
“Todos tenían serias enfermedades mentales sin atención. Todos estaban fuera de control del sistema que carecía de los mecanismos básicos para ayudar”, señaló Murphy.
Murphy presentó una legislación que haría más fácil para las familias hospitalizar a sus familiares gravemente enfermos contra su voluntad, si están determinados a ser una amenaza a ellos mismos o a la comunidad.
Personas como Edward Kelly dicen que apoya el proyecto de ley, ya que su hijo carece de ayuda.
La mayoría de expertos concuerdan de que hay muy pocas camas en los hospitales mentales y que los gravemente enfermos a menudo terminan en atestadas salas de emergencia o desamparados.
D.J. Jaffe, de la organización Política de Enfermedad Mental dijo que Estados Unidos también necesita cambiar sus prioridades de gasto.
“Mi único mensaje es que tenemos que dejar de ignorar a los mentalmente enfermos. No podemos seguir pretendiendo que ellos no existen”, señaló Jaffe.
Los legisladores demócratas proponen una legislación separada que proscribiría comprar armas de fuego a personas que ha estado hospitalizadas contra su voluntad.
La ex representante Gabrielle Giffords sobrevivió en 2011 a un tiroteo en Arizona, donde recibió un disparo en la cabeza. El atacante tenía serios problemas mentales.
Como han fallado las gestiones para regular la venta de armas, algunos legisladores están presionando para reformar el sistema de atenciones de salud mental para enfocar más en aquellos severamente enfermos.
En un foro en el Capitolio, el representante Tim Murphy señaló que antes de Santa Bárbara, ocurrieron tiroteos masivos en una escuela primaria, en Newtown, Connecticut, en un cine en Aurora, Colorado, y en Tuczon, Arizona.
“Todos tenían serias enfermedades mentales sin atención. Todos estaban fuera de control del sistema que carecía de los mecanismos básicos para ayudar”, señaló Murphy.
Murphy presentó una legislación que haría más fácil para las familias hospitalizar a sus familiares gravemente enfermos contra su voluntad, si están determinados a ser una amenaza a ellos mismos o a la comunidad.
Personas como Edward Kelly dicen que apoya el proyecto de ley, ya que su hijo carece de ayuda.
La mayoría de expertos concuerdan de que hay muy pocas camas en los hospitales mentales y que los gravemente enfermos a menudo terminan en atestadas salas de emergencia o desamparados.
D.J. Jaffe, de la organización Política de Enfermedad Mental dijo que Estados Unidos también necesita cambiar sus prioridades de gasto.
“Mi único mensaje es que tenemos que dejar de ignorar a los mentalmente enfermos. No podemos seguir pretendiendo que ellos no existen”, señaló Jaffe.
Los legisladores demócratas proponen una legislación separada que proscribiría comprar armas de fuego a personas que ha estado hospitalizadas contra su voluntad.
La ex representante Gabrielle Giffords sobrevivió en 2011 a un tiroteo en Arizona, donde recibió un disparo en la cabeza. El atacante tenía serios problemas mentales.