En diferentes países del planeta el 1° de mayo sigue siendo un día de actividades, aunque no necesariamente en el lugar de trabajo.
Los sindicatos laborales se preparan durante once meses para el Día del Trabajo, organizando marchas, en las que exigen, entre otras cosas, los derechos laborales a sus empleados.
Con la llegada del 1° de mayo, también la policía se prepara para mantener el orden en una fecha que ya ha dejado víctimas que lamentar en sucesos pasados.
En El Salvador, por ejemplo, el gobierno desplegó unos 400 policías en los puntos donde se llevaron a cabo las concentraciones.
“Los dispositivos de seguridad los preparamos desde las 6:00 de la mañana en todos esos lugares claves en donde se reunirían los manifestantes, aunque las marchas estaban previstas para dos horas más tarde”, dijo a la Voz de América Dagoberto Marroquín, inspector de Seguridad Vial de El Salvador.
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Marroquín aseguró que al final de la jornada los eventos se desarrollaron con relativa calma, “sin víctimas que lamentar”.
La policía venezolana tuvo un día mucho más ajetreado. Al mediodía cientos de personas enfrentaron a un contingente policial que lanzó gases lacrimógenos a los marchistas.
Uno de los manifestantes venezolanos fue el alcalde capitalino Antonio Ledezma, quien recientemente fue desprovisto de los fondos gubernamentales para dirigir la comuna capitalina.
“Responsabilizamos al gobierno de cualquier situación violenta porque la utilización de las fuerzas de seguridad es una provocación a las personas que estamos marchando de forma pacífica”, dijo el opositor.
En Cuba millares de ciudadanos acompañados por miles de extranjeros, que visitan la isla especialmente durante este día feriado, recorrieron las calles de La Habana para continuar apoyando “la Revolución”.
El presidente Raúl Castro participó de los eventos que se desarrollaron en la Plaza de la Revolución José Martí de la capital cubana.
Según datos del periódico estatal Granma, al menos 2,000 “amigos” de Cuba provenientes de 70 países se unieron a los movimientos pacíficos de la isla.
México tuvo un inusual 1° de mayo con todos los trabajadores y sindicalistas encerrados en sus casas.
Las organizaciones sociales pidieron evitar las tradicionales concentraciones del Día del Trabajo, debido a la epidemia de gripe tipo A H1N1 que golpea al país.
“Los trabajadores no desfilaron, porque no se quiere poner en riesgo su salud, las manifestaciones se deberán dejar para otra ocasión”, dijo el dirigente sindicalista David Robles.Mientras que en Uruguay las festividades del 1° de mayo son aprovechadas al máximo descansando.
Incluso los medios de comunicación local pararon sus rotativos, tal como lo hizo el periódico El País, el cual explicó que “con motivo del descanso de los trabajadores no se publicó la edición impresa del día”.
Escribe desde Washington, Gesell Tobías para la Voz de América