Naciones de todo el mundo denunciaron el aparente ensayo nuclear subterráneo de Corea del Norte.
El presidente Bush dijo que cualquier prueba por parte de Pyongyang, constituiría una amenaza a la paz y la seguridad internacionales.
Bush señaló que conversó con los líderes de China, Corea del Sur, Rusia y Japón, y que todos concordaron que la presunta acción es inaceptable y merece una respuesta inmediata del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El presidente Bush también dijo que si Pyongyang transfiere armas o materiales nucleares a cualquier otra nación o entidad, será hecha totalmente responsable por las consecuencias.
El mandatario agregó que Estados Unidos cumplirá con los acuerdos de seguridad que tiene para proteger a Corea del Sur y Japón.
El gobierno chino calificó el aparente ensayo de “descarado” e instó a Pyongyang a regresar a las estancadas conversaciones sixpartitas sobre desarme nuclear.
China es uno de los pocos aliados de Corea del Norte y previamente había respondido en tono mesurado a las amenazas nucleares de su vecino.
Funcionarios surcoreanos dijeron que reaccionarán solamente a la prueba, en línea con la posición de Seúl de que una Corea del Norte con armas nucleares es inaceptable. Japón estableció rápidamente un grupo de trabajo para hacer frente a lo que llamó una amenaza a la estabilidad regional.
El primer ministro Shinzo Abe, está de visita en Seúl. Pakistán también expresó preocupación por el presunto ensayo al que llamó “un acontecimiento desestabilizante para la región”.
En Londres, el primer ministro Tony Blair calificó la prueba de Pyongyang como “completamente irresponsable”.
En Rusia, el presidente Vladimir Putin condenó también el aparente ensayo nuclear. El Kremlin también exhortó a tomar una respuesta internacional coordinada a la acción norcoreana.
Francia, Alemania y la Unión Europea, Indonesia y Australia también han expresado preocupación.