La policía británica interroga a los nueve sospechosos arrestados el miércoles, en un presunto complot para secuestrar y degollar a un soldado británico musulmán.
Las autoridades allanaron decenas de residencias privadas y comercios en la ciudad inglesa de Birmingham, luego de los arrestos.
La ley británica establece que la policía puede mantener a sospechosos detenidos durante 28 días para interrogarlos.
Los agentes anti-terrorismo habían estado siguiéndole la pista a los sospechosos, durante meses.
Las autoridades británicas no han divulgado detalles de la conjura.
Pero los medios británicos informan que los sospechosos presuntamente planeaban secuestrar a un soldado musulmán británico que sirvió en Afganistán, decapitarlo, y exhibir el video en Internet, una táctica usada por extremistas en Iraq.