Trabajadores de rescate en México dieron a conocer que han concentrado sus esfuerzos en la entrega de agua potable y alimentos a unas 80 mil personas que siguen damnificadas por las inundaciones en el estado de Tabasco.
El domingo, helicópteros dejaron caer suministros a gente que esperaba en los techos de las casas, evacuando a enfermos y heridos.
Ocho personas han muerto y casi un millón perdieron sus viviendas en el sur de México debido a las peores inundaciones que ha sufrido el país en 50 años.
Las aguas cedieron ligeramente el domingo a medida que disminuían las precipitaciones, pero las autoridades calculan que el 80 por ciento del estado permanece bajo el agua.
El presidente mexicano Felipe Calderón planificó otra visita a las áreas afectadas y dijo que las inundaciones son uno de los peores desastres naturales en tiempos recientes.
A las autoridades de salud les preocupa el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua y los mosquitos, especialmente entre los niños.