El presidente George W. Bush promulgó una ley destinada a evitar que personas con problemas mentales puedan adquirir armas de fuego.
La nueva ley exige a las agencias estatales y federales que provean información acerca de los individuos a quienes se les prohíbe poseer armas de fuego a un sistema nacional de revisión de antecedentes.
La legislación fue redactada luego de que un estudiante con problemas mentales diera muerte a balazos a 32 otros estudiantes e instructores, en la universidad Virginia Tech, en abril de 2007.
Una investigación reveló que el estudiante logró adquirir dos pistolas usadas en el ataque, debido a que las autoridades no informaron de su historial de problemas mentales al sistema nacional.
La ley obtuvo el apoyo de la Asociación Nacional del Rifle, que generalmente se opone a las leyes de control de armas.