Unas 500 mujeres afganas se reunieron para una rara protesta en el sur de la provincia de Kandahar, exigiendo la liberación de la trabajadora de ayuda humanitaria norteamericana Cyd Mizell y su chofer, secuestrados el sábado.
Las manifestantes exigieron al consejo religioso y a las autoridades de Kandahar que condenen el secuestro de la estadounidense de 49 años, quien era profesora en la escuela secundaria local y ayudaba a las mujeres de la ciudad a vender textiles bordados.
Mizell, que trabaja para la organización no gubernamental Fundación para el Desarrollo de la Vida Rural en Asia, vive en Kandahar desde 2002.
Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad por el secuestro.