En Estados Unidos, los precios al consumidor se elevaron en 0,4%, en enero, una señal de que la inflación aún puede ser una amenaza.
Un informe publicado este miércoles por el Departamento de Comercio indica que el aumento refleja los crecientes costos de los alimentos, los alquileres, la vestimenta y la energía.
Dejando de lado los volátiles sectores de la energía y los alimentos, los precios subieron un 0,3%.
La inflación subyacente anota un 2,5% en relación con igual fecha del año pasado.
La cifra es superior a lo considerado como sano para la economía, según la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos.
El instituto emisor combate la inflación elevando las tasas de interés, así que los signos de inflación ponen a la FED en una difícil situación porque ha estado rebajando los tipos de interés, para impulsar la desfalleciente economía.