Una tortuga gigante de las islas Galápagos, que se pensaba era la última de su clase, pronto salvaría a su especie de la extinción al transformarse en padre.
El Parque Nacional Galápagos, en Ecuador, dijo que la tortuga, apodada “Lonesome George” asombró a sus cuidadores al aparearse con una compañera de una especie similar.
Los cuidadores trataron durante 36 años que la tortuga se reprodujera.
Tres huevos están ahora siendo cuidados en incubadoras y llevará aproximadamente cuatro meses saber si son viables.
George fue descubierto en la isla Pinta, a comienzo de la década de 1970.
Se cree que tiene unos 70 años de edad, lo que se considera una edad media para una tortuga gigante y podría reproducirse.