En Ciudad Juárez, México, los periodistas
aprendieron a vivir con miedo a ser asesinados por grupos del narcotráfico.
Según un informe elaborado por “Reporteros sin Fronteras” y el “Centro de
Periodismo y Ética Pública”, las amenazas contra periodistas se reiteran cada
vez más y las represalias también son más cruentas.
El ejemplo más reciente es el del brutal asesinato de Armando Rodríguez
Carreón, periodista de El Diario, que causó conmoción a nivel internacional.
En este ambiente de tensión constante, los periodistas y medios de comunicación
no sólo son censurados por los narcotraficantes, sino que ellos también limitan
su cobertura para evitar posibles repercusiones, señaló el informe.
Los autores del informe constataron por medio de entrevistas a periodistas y
directores de medios de prensa que en Ciudad Juárez la libertad de expresión se
encuentra comprometida.
Ambas organizaciones hicieron un llamado a las autoridades estatales y
federales para que investiguen los hechos de violencia contra periodistas.
También pidieron a los medios de comunicación que tomen precauciones sin
comprometer su trabajo.
Cada vez más violencia
Ciudad Juárez siempre se caracterizó por ser una zona violenta ya que era
controlada por el cuartel de Juárez, según el informe.
Pero hoy son cinco los bandos que se disputan el control del paso de la droga
hacia Estados Unidos y la violencia subió a niveles escalofriantes.
En enero de 2008, ocho periodistas policíacos de Ciudad Juárez recibieron
amenazas.
De esos ocho periodistas, sólo dos hicieron públicas
las denuncias. Uno de ellos fue Armando Rodríguez Carreón, indicó el informe, aunque
él no hizo una denuncia formal.
El 13 de noviembre de 2008, él fue baleado cuando se subía a su coche para ir
al trabajo y llevar a sus hijos a la escuela.
Los autores del informe fueron a Ciudad Juárez en la primera semana de
diciembre para constatar la situación de la libertad de expresión e investigar
el caso de Rodríguez Carreón.
Ellos encontraron que en el caso de Rodríguez Carreón, las autoridades
estatales de Chihuahua propagaron rumores de que el periodista tenía vínculos
con narcotraficantes.
En el informe calificaron la propagación de estos rumores como algo
“preocupante”.
“Hasta donde fue posible saber, el reportero llevaba una vida carente de lujos.
Dos fuentes confirmaron que la casa donde vivía fue comprada mediante un
crédito de ocho años y a su muerte todavía faltaban cinco años y medio para
liquidarla”, señalaron.
Según su investigación, hay evidencia suficiente para considerar que el
periodista fue asesinado por su trabajo como cronista de policiales.
México: profesión en peligro
“En algunos casos y en algunas zonas del país tenemos evidencia de que hay
complicidad entre la policía, las autoridades y el crimen organizado”, dijo a
la Voz de América Carlos Lauría, coordinador en el Comité para la Protección de
Periodistas, una organización con sede en Nueva York que también lucha por la
libertad de prensa.
En el caso de Ciudad Juárez, no cuentan con esa evidencia. Sin embargo, Lauría
dijo que en lugares donde el crimen organizado es tan fuerte como en Ciudad
Juárez, hay una gran posibilidad de que existan vínculos entre el crimen
organizado y las autoridades.
Lauría dijo además que casos como el de Rodríguez Carreón demoran en ser
investigados y quedan en la impunidad.
Desde el 2000, hay 24 periodistas que fueron asesinados en México. Ocho de
ellos fueron asesinados en relación directa con su trabajo, según Lauría. En el
caso de los otros periodistas se cree que también fueron asesinados en relación
directa aunque no se investigaron las muertes y la impunidad “es casi del cien
por cien”.
“México es el país más peligroso en América Latina para los periodistas y uno
de los más peligrosos del mundo”, dijo Lauría.
Escribe Federica Narancio para la Voz de América.