La sangre de líderes indígenas volvió a correr en Honduras, al ser asesinado a balazos el domingo un reconocido dirigente de la etnia lenca en el oeste del país.
Se trata de Pablo Isabel Hernández, quien recibió varios impactos de bala por parte de desconocidos cuando se dirigía a una iglesia en el municipio de San Marcos de Caiquín, departamento de Lempira, acompañado de un hermano y de su padre. Los hombres armados huyeron.
Es el primer homicidio de un líder indígena en Honduras en 2022.
El jefe de comunicaciones estratégicas de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), Cristian Manuel Nolasco, confirmó a The Associated Press que Hernández fue emboscado en un angosto camino de tierra.
El funcionario dijo que se maneja la hipótesis de que el crimen fue motivado por enemistades personales y problemas políticos partidistas, y señaló que ya se tienen identificados a varios sospechosos.
Indicó también que la DPI no ha detenido a nadie, y que continuará con las pesquisas hasta recabar evidencia científica y técnica, sólida e irrefutable, que ayude a la fiscalía para que los responsables vayan a prisión.
La Asociación de Medios Comunitarios en Honduras (AMCH) detalló que Hernández era director de Radio Tenan, “La voz indígena lenca”, de San Marcos de Caiquín.
También lea Familia de ambientalista Berta Cáceres asegura que continúa lucha por su legado“Dicho asesinato lo consideramos un atentado más a la libertad de expresión y la defensa de los derechos humanos (por los que) nuestro compañero Pablo Hernández trabaja con compromiso y dedicación”, expresó la AMCH.
Dijo también que Hernández había sido amenazado y era hostigado por defender sus ideales y los derechos de los indígenas, por lo que interpuso la denuncia ante las autoridades.
Hernández impulsaba la Universidad Indígena y de los Pueblos, era alcalde mayor de la Auxiliaría de La Vara alta de Caiquín, coordinador de las comunidades eclesiales de base y presidente de la Red de Agroecólogos de la Biósfera Cacique Lempira Señor de Las Montañas.
Honduras es considerado uno de los países más peligrosos para el activismo ambientalista. Según una investigación de Global Witness publicada en 2017, desde 2010 han muerto más de 120 personas, pero la cifra al 2020 se incrementó significativamente.
El crimen más sonado a la fecha es el de la ambientalista Berta Cáceres, ultimada a balazos el 3 de marzo de 2016 por desconocidos que entraron a su casa en el municipio de La Esperanza, departamento de Intibucá.
De acuerdo con datos publicados por Global Witness el 2 de marzo de 2020, al menos 27 personas defensoras de la tierra y el territorio han sido asesinadas desde el fatal ataque a Cáceres y, según las estadísticas de Vía Campesina, a esas muertes se suman 12 más ocurridas en los meses posteriores de ese año.
El 21 de marzo de 2021 se registró el asesinato del líder lenca Juan Carlos Cerros Escalante, de 41 años, en el departamento de Cortés, en el norte del país. El hecho ocurrió frente a la iglesia de la comunidad de Nueva Granada, entre los municipios de Chinda, Santa Bárbara y San Antonio Cortés, cuando el ambientalista regresaba de la casa de su madre.
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