Carmelina Yule Paví murió defendiendo su territorio indígena del suroeste de Colombia, como lo hizo durante toda su vida, en un ataque armado de la mayor disidencia de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia por el que el gobierno decidió suspender en esa parte del país el cese al fuego bilateral.
Yule Paví, de 52 años, era una “mayora”, como le dicen en el pueblo indígena Nasa a quienes orientan a su comunidad y han ejercido liderazgo en el cabildo, su forma de gobierno. Su muerte violenta muestra la conflictividad a la que están expuestos los pueblos indígenas colombianos que conviven con grupos armados ilegales.
La mujer formaba parte de un grupo de indígenas que el sábado buscaban rescatar a un estudiante retenido por las disidencias en el convulso municipio de Toribío. Los indígenas relataron en un comunicado que interceptaron una camioneta que transportaba a miembros del grupo armado y le exigieron la liberación del estudiante. Cuando intentaban trasladarse a otro punto fueron atacados con armas y Yule Paví y dos hombres resultaron heridos.
También lea La desaparición forzada de más de 100.000 personas: el desafío de los tribunales de paz en ColombiaLa líder Nasa recibió un disparo de fusil en el rostro, denunció el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), y el domingo falleció.
“Significa perder a una mujer, a una dadora de vida, a una mayora que ha estado dentro de la lucha del movimiento indígena”, señaló a The Associated Press Harold Secue, miembro del CRIC.
La Oficina en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos lamentó el domingo en X, antes Twitter, la muerte de la defensora de los derechos de los pueblos indígenas y destacó su “rol particularmente importante en los derechos de las mujeres del Pueblo Nasa” y la protección del territorio.
En el Cauca hay tensión con las disidencias de las FARC, autodenominadas Estado Mayor Central, que llevan adelante negociaciones con el gobierno nacional y se han comprometido a no atacar a la población civil.
El CRIC insistió el lunes en una carta pública en la urgencia de avanzar en asuntos humanitarios asociados a la entrega de menores de edad reclutados, desaparecidos y caídos en combate, así como en el respeto a la vida de las autoridades y la guardia indígena.
“Siempre ha habido tensiones. En una zona como Toribío las disidencias lo que han querido es dominar la comunidad y cuando protestamos no les gusta”, explicó Secue.
También lea ¿En qué consiste la política de "Paz Total" del presidente Gustavo Petro?Aunque el ataque de las disidencias contra los indígenas causó una crisis dentro del proceso, hasta el momento no ha significado su ruptura. Camilo González Posso, jefe de la delegación del gobierno en la mesa de diálogos, señaló que éstos continúan activos aunque con una suspensión del cese del fuego bilateral en el suroeste del país ordenado por el presidente Gustavo Petro.
“Tiene que afrontarse la crisis por los hechos gravísimos que se han presentado... donde continúan los disparos contra la población civil”, indicó González, quien planteó la posibilidad de una reunión extraordinaria de las partes.
Cauca es uno de los lugares de Colombia más peligrosos para que personas como Yule Paví ejerzan su liderazgo. De los 105 homicidios contra líderes sociales verificados por Naciones Unidas en 2023, al menos 24 ocurrieron en ese departamento.
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