Un conductor suicida estrelló su coche cargado de explosivos contra un puesto de control policial en la capital iraquí matando a 21 personas, entre ellas más de una docena de civiles que iban camino a un santuario chiíta en los últimos días del mes sagrado islámico.
Al menos 13 personas que murieron en el ataque eran civiles, según fuentes policiales y hospitalarias. Unas 35 personas resultaron heridas, más de la mitad de ellas civiles.
Los funcionarios hablaron con la condición de guardar el anonimato porque no están autorizados a hablar con medios de comunicación.
El ataque ocurrió en la entrada al distrito de Khazimiyah de Bagdad, donde muchos coches estaban en ruta hacia el Santuario Imam Al-Khadim en el período previo a la fiesta de Eid que conmemora el final del Ramadán.
Bagdad ha estado en vilo desde que el grupo militante sunita Estado Islámico se apoderó de la ciudad norteña de Mosul, y prometió avanzar al sur.
La ciudad ha visto varios atentados a pequeña escala en las últimas semanas, pero hasta ahora había estado libre de ataques de magnitud.