Las fuerzas israelíes admitieron haber atacado involuntariamente a inocentes en Gaza que eran parte de un convoy de ayuda dirigido por la ONG World Central Kitchen, fundada por el chef español José Andrés.
Por lo menos siete trabajadores humanitarios de la organización fallecieron en el bombardeo, incluyendo ciudadanos de Estados Unidos, Australia, Reino Unido y Polonia.
Benjamín Netanyahu, Primer Ministro de Israel, dijo:
“Esto sucede en la guerra. Lo estamos comprobando minuciosamente. Estamos en contacto con los gobiernos y haremos todo lo posible para que esto no vuelva a suceder."
World Central Kitchen detuvo inmediatamente las operaciones en Gaza y dijo que el equipo viajaba en una “zona libre de conflicto”, en vehículos con su logotipo y coordinando los movimientos con Israel.
La ONG, que se ha convertido en un actor importante en la entrega de ayuda en Gaza, fue atacada después de haber descargado más de 100 toneladas de ayuda humanitaria. Su fundador José Andrés, en sus redes sociales, dijo estar descorazonado.
En X escribió:
“El gobierno israelí debe poner fin a esta matanza indiscriminada. Tiene que dejar de restringir la ayuda humanitaria, dejar de matar a civiles y trabajadores humanitarios y dejar de utilizar los alimentos como arma”.
El ataque provocó la condena y un pedido de responsabilidad total por parte de organizaciones de ayuda, la ONU y varios gobiernos cuyos ciudadanos se encuentran entre los muertos. La Casa Blanca está en contacto con World Food Kitchen y dijo estar indignada.
John Kirby, Asesor de Comunicaciones de Seguridad Nacional, dijo:
“Lo que está claro es que las fuerzas israelíes deben hacer mucho más para mejorar los procesos de solución de conflictos para que los civiles y los trabajadores de ayuda humanitaria estén protegidos. Estados Unidos seguirá presionando a Israel para que haga más para garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios.”
El secretario de estado Antony Blinken, durante su gira por Europa, pidió una investigación imparcial y urgente sobre el ataque en la franja, definiendo a los trabajadores humanitarios fallecidos como héroes.