Los senadores Lindsey Graham, republicano, y Chuck Schumer, demócrata, opinaron que los atentados en Boston no deberían detener la reforma migratoria. Este lunes se retomaron las audiencias en el comité del Senado.
Los atentados en Boston deberían obligar a agilizar la reforma migratoria y no a detenerla, opinaron dos senadores que contribuyeron a la elaboración de la iniciativa bipartidista.
El senador republicano Lindsey Graham, de Carolina del Sur, dijo el domingo que lo sucedido en Boston "debería obligarnos a actuar con mayor celeridad, no más lentamente, en cuanto a identificar a 11 millones de personas".
De igual manera opinó el senador demócrata Chuck Schumer, de Nueva York, quien agregó que "mantener la situación tal como está no es un argumento muy bueno ante lo sucedido".
Pero este lunes, Schumer y el republicano Chuck Grassley sostuvieron un acalorado intercambio sobre el impacto que los eventos de Boston podrían tener sobre el proyecto de ley de reforma migratoria durante una audiencia celebrada por el comité judicial del Senado.
El presidente del comité, el demócrata Patrick Leahy pidió no ser "tan crueles y tratar de usar los actos repudiables de dos jóvenes la semana pasada para descarrilar los sueños y futuros de millones de personas trabajadores", refiriéndose a los 11 millones de inmigrantes sin papeles que pudieran beneficiarse de una reforma migratoria.
Pero el conservador Ted Cruz, el senador por Texas de ancestros cubanos, fue una de las voces republicanas que criticaron el proyecto."Mi esperanza es que aprobemos un proyecto de ley concentrado en las dos áreas donde hay consenso bipartidista: seguridad fronteriza y la inmigración legal", dijo. "Espero que la reforma migratoria no quede secuestrada por un tema profundamente divisivo" como la opción a la naturalización.
El proyecto de reforma elaborado por el Grupo de los Ocho contempla el registro de todos los inmigrantes indocumentados que quieran acogerse a la nueva ley en busca de la residencia permanente y eventualmente de la ciudadanía.
Los inmigrantes obtendrían un estatus provisional que les permitiría trabajar legalmente y viajar a sus países sin peligro de que sean rechazados a la entrada.
Schumer se quejó de que los detractores de la reforma aprovechan las explosiones para oponerse a una propuesta que de todos modos rechazaban desde el principio, y les urgió que en lugar de intentar detenerla aporten sugerencias para mejorarla.
El senador republicano Lindsey Graham, de Carolina del Sur, dijo el domingo que lo sucedido en Boston "debería obligarnos a actuar con mayor celeridad, no más lentamente, en cuanto a identificar a 11 millones de personas".
De igual manera opinó el senador demócrata Chuck Schumer, de Nueva York, quien agregó que "mantener la situación tal como está no es un argumento muy bueno ante lo sucedido".
Pero este lunes, Schumer y el republicano Chuck Grassley sostuvieron un acalorado intercambio sobre el impacto que los eventos de Boston podrían tener sobre el proyecto de ley de reforma migratoria durante una audiencia celebrada por el comité judicial del Senado.
El presidente del comité, el demócrata Patrick Leahy pidió no ser "tan crueles y tratar de usar los actos repudiables de dos jóvenes la semana pasada para descarrilar los sueños y futuros de millones de personas trabajadores", refiriéndose a los 11 millones de inmigrantes sin papeles que pudieran beneficiarse de una reforma migratoria.
Pero el conservador Ted Cruz, el senador por Texas de ancestros cubanos, fue una de las voces republicanas que criticaron el proyecto."Mi esperanza es que aprobemos un proyecto de ley concentrado en las dos áreas donde hay consenso bipartidista: seguridad fronteriza y la inmigración legal", dijo. "Espero que la reforma migratoria no quede secuestrada por un tema profundamente divisivo" como la opción a la naturalización.
El proyecto de reforma elaborado por el Grupo de los Ocho contempla el registro de todos los inmigrantes indocumentados que quieran acogerse a la nueva ley en busca de la residencia permanente y eventualmente de la ciudadanía.
Los inmigrantes obtendrían un estatus provisional que les permitiría trabajar legalmente y viajar a sus países sin peligro de que sean rechazados a la entrada.
Schumer se quejó de que los detractores de la reforma aprovechan las explosiones para oponerse a una propuesta que de todos modos rechazaban desde el principio, y les urgió que en lugar de intentar detenerla aporten sugerencias para mejorarla.