Las autoridades han ordenado retirar los automóviles abandonados durante la tormenta de nieve y hielo que cayó sobre Atlanta el martes, en un intento por reabrir las carreteras.
Más de 2.000 automóviles abandonados en las autopistas de Atlanta estaban siendo retirados el jueves en un intento por reabrir completamente las carreteras que se volvieron impasables cuando una tormenta de nieve y hielo paralizó a la ciudad durante dos días y dejó más de 1.200 accidentes de tránsito.
Pese a que las autoridades dijeron que la condición de las carreteras mejoraría hoy, funcionarios estatales pidieron a los motoristas que no las usaran todavía porque podría haber peatones y dueños de autos tratando de encontrar sus autos y encendiendo las baterías de los carros que quedaron varados.
La Guardia Nacional tuvo que ser movilizada durante la emergencia para tratar de limpiar las carreteras, así como llevar agua y alimentos a los conductores atrapados. Muchos de ellos regresaron a sus casas hasta el miércoles.
El alcalde de la ciudad, Kasim Reed, dijo estar consciente del malestar de las personas y el sentimiento de frustración, pero argumentó que la culpa de la debacle fue de las escuelas, los dueños de negocios y el gobierno estatal, al decidir que todas las personas debían regresar a casa al mismo tiempo.
También ha argumentado que no tiene jurisdicción sobre las carreteras estatales y que los meteorólogos fallaron en sus predicciones.
El gobernador Nathan Deal, igualmente blanco de las críticas, se disculpó por la crisis.
Cientos de estudiantes y maestros tuvieron que pasar la noche en los gimnasios de las escuelas, los conductores tuvieron que abandonar sus autos en la carretera y las autoridades no dieron abasto para solventar los problemas causados por la tormenta de nieve –ligera para los estándares de otras partes-, pero que provocó caos en el sur del país.
Una parte del problema fue la falta de equipo para tratar las carreteras, pero más que eso, fue su mala ubicación, en lugares donde no se necesitaban y que muchas escuelas y oficinas no suspendieron actividades y salieron todos a la misma vez cuando la tormenta ya estaba sobre ellos.
Pese a que las autoridades dijeron que la condición de las carreteras mejoraría hoy, funcionarios estatales pidieron a los motoristas que no las usaran todavía porque podría haber peatones y dueños de autos tratando de encontrar sus autos y encendiendo las baterías de los carros que quedaron varados.
La Guardia Nacional tuvo que ser movilizada durante la emergencia para tratar de limpiar las carreteras, así como llevar agua y alimentos a los conductores atrapados. Muchos de ellos regresaron a sus casas hasta el miércoles.
El alcalde de la ciudad, Kasim Reed, dijo estar consciente del malestar de las personas y el sentimiento de frustración, pero argumentó que la culpa de la debacle fue de las escuelas, los dueños de negocios y el gobierno estatal, al decidir que todas las personas debían regresar a casa al mismo tiempo.
También ha argumentado que no tiene jurisdicción sobre las carreteras estatales y que los meteorólogos fallaron en sus predicciones.
El gobernador Nathan Deal, igualmente blanco de las críticas, se disculpó por la crisis.
Cientos de estudiantes y maestros tuvieron que pasar la noche en los gimnasios de las escuelas, los conductores tuvieron que abandonar sus autos en la carretera y las autoridades no dieron abasto para solventar los problemas causados por la tormenta de nieve –ligera para los estándares de otras partes-, pero que provocó caos en el sur del país.
Una parte del problema fue la falta de equipo para tratar las carreteras, pero más que eso, fue su mala ubicación, en lugares donde no se necesitaban y que muchas escuelas y oficinas no suspendieron actividades y salieron todos a la misma vez cuando la tormenta ya estaba sobre ellos.