El supremacista blanco que mató a 10 personas en un supermercado de Buffalo fue sentenciado el miércoles a cadena perpetua sin posibilidad de libertad vigilada tras escuchar a familiares de las víctimas expresar su dolor y furia por su ataque racista.
La audiencia para dictar sentencia a Payton Gendron fue interrumpida brevemente cuando un hombre en la galería pública trató de abalanzarse sobre él, pero fue frenado de inmediato. La sesión se reanudó unos 10 minutos después, con más testimonios desgarradores de personas que perdieron a sus seres queridos.
Gendron, cuyo odio fue alimentado por teorías conspirativas racistas que leyó en internet, lloró parte de la jornada y pidió disculpas a las víctimas en una escueta declaración. La jueza impuso cadenas perpetuas distintas sin posibilidad de libertad por cada una de las víctimas. Además, se negó a darle a Gendron estatus de delincuente juvenil, lo que hubiera abierto la posibilidad de su reintegración a la sociedad.
“No hubo nada apresurado o improvisado en su conducta. No hay factores mitigantes a considerar”, declaró la jueza Susan Eagan.
También lea ¿Qué es un crimen de odio? El tiroteo de Buffalo reabre un debateEn noviembre, Gendron se declaró culpable de cargos que incluyeron asesinato y terrorismo doméstico motivado por odio. El cargo de terrorismo conlleva una sentencia automática de cadena perpetua.
Gendron, hoy de 19 años, se puso un chaleco antibalas y un casco con cámara para transmitir en vivo por internet cuando perpetró la masacre el 14 de mayo del año pasado. Usó un fusil semiautomático, comprado legalmente, pero modificado con un cargador de alta capacidad.
También enfrenta cargos separados federales que podrían acarrearle la pena capital si el Departamento de Justicia la solicita. Su abogado defensor dijo en diciembre que Gendron está dispuesto a declararse culpable en tribunal federal a fin de no ser ejecutado.
La audiencia fue interrumpida cuando un hombre intentó abalanzarse sobre Gendron, en momentos en que Barbara Massey Mapps condenaba a Gendron por matar a su hermana de 72 años, Katherine Massey. Mientras Mapps gritaba y señalaba con el dedo a Gendron, una persona en la galería pública avanzó hacia el acusado, pero fue frenada.
“¡Usted no sabe por lo que estamos pasando!”, gritó el hombre mientras era sacado de la sala por los guardias de seguridad. Durante varios minutos los familiares se abrazaron y trataron de calmarse.
Hubo solo tres sobrevivientes entre las 13 personas a las que Gendron baleó, en un intento premeditado de matar a personas de raza negra.
Entre las víctimas en el supermercado Tops Friendly Market había un decano de iglesia, el guardia de seguridad del supermercado, un activista vecinal, un hombre que iba a comprar un pastel de cumpleaños, una abuela y la madre de un exdirector de bomberos de Buffalo. Sus edades oscilaban entre los 32 y los 86 años.
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