El movimiento prodemocracia de Hong Kong sufrió un duro revés este lunes cuando las autoridades rechazaron una apelación para celebrar una marcha durante el feriado del Día Nacional de China esta semana.
La decisión tuvo lugar después de dos días consecutivos de choques violentos entre manifestantes y la policía en este territorio semiautónomo chino, y en medio de temores a nuevas protestas.
Una junta de apelaciones respaldó la prohibición policial a celebrar una manifestación el martes por el centro de la ciudad, según indicó el Frente Civil de Derechos Humanos, que ha organizado varias marchas grandes en los últimos meses.
El grupo advirtió que negar una forma pacífica para que los inconformes se expresen podría acelerar la violencia porque los ciudadanos acudirán de todos modos, como han hecho en el pasado cuando se prohibió una marcha.
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Las protestas han evolucionado hasta convertirse en un movimiento contra el gobierno chino. Mucha gente cree que Beijing está erosionando la autonomía y las libertades prometidas a Hong Kong cuando la excolonia británica fue devuelta a China en 1997.
Las protestas de este año han reunido a miles de personas en las calles todos los fines de semana. El gobierno ha llamado a un diálogo y dice que está dispuesto a “emprender un desarrollo constitucional” de acuerdo con la ley.
Mientras tanto, siguen las protestas, que han derivado en episodios de violencia.
“Hong Kong está perdiendo su libertad de expresión y asociación. También se está convirtiendo cada vez más en un estado policial, como una tiranía como Beijing”, dijo Bonnie Leung, coordinadora del Frente Civil de Derechos Humanos.
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