El jefe del Servicio de Seguridad Federal de Rusia (FSB) confirmó el martes que la caída del avión de Metrojet el mes pasado en la región del Sinai se debió a un acto terrorista y ofreció $50 millones de dólares de recompensa por información que lleve al arresto de los responsables.
"Según nuestros expertos, un artefacto explosivo equivalente a 1 kilogramo de TNT estalló a bordo, lo que causó que el avión se rompiera en el aire, lo que explica por qué el fuselaje quedó repartido por un terreno tan amplio. Desde luego puedo decir que éste fue un acto terrorista", dijo Alexander Bortnikov, el jefe de la FSB.
Bortnikov también aseguró que las pruebas mostraron que los explosivos fueron fabricados fuera de Rusia.
El presidente ruso Vladimir Putin prometió encontrar y castigar a los responsables de la explosión, para lo cual dijo contar “con todos nuestros amigos”.
"Esto no prescribe, necesitamos saber todos sus nombres", dijo Putin. "Vamos a salir a buscarlos allá donde se escondan. Los encontraremos en cualquier lugar de la Tierra y los castigaremos".
Militantes que aseguraron tener vínculos con el grupo Estado islámico se adjudicaron la autoría del atentado y dijeron que el ataque era una represalia por la campaña rusa de ataques aéreos contra el grupo EI y otras organizaciones en Siria, donde Moscú quiere preservar el régimen del presidente Bashar Assad.
Las 224 personas que iban a bordo del avión, la mayoría turistas rusos, murieron en el siniestro ocurrido poco después de despegar de Sharm al-Sheikh el pasado 31 de octubre.