Los planes del el exasesor de la Casa Blanca, Steve Bannon, de liderar una revuelta contra el establishment del Partido Republicano parecen haber quedado comprometidos tras el rompimiento público con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La disputa ya le ha costado una aliada clave, Rebekah Mercer, una donante republicana multimillonaria y copropietaria de Breitbart News, que el jueves marcó distancias entre Bannon y su familia.
Otros políticos republicanos que antes se acogieron a la sombra de Bannon, también parecieron alejarse del exasesor presidencial tras conocerse los comentarios que hiciera sobre el presidente Trump y su familia en el polémico libro de Michael Wolff, “Fire and Fury: Inside the Trump White House” (El fuego y la furia: la Casa Blanca de Trump por dentro).
El libro, cuya publicación se ha adelantado casi una semana a raíz del escándalo, describe a un Trump que no comprende la responsabilidad que representa la presidencia y pasa las noches comiendo hamburguesas en la cama, mirando la televisión y hablando por teléfono con viejos amigos.
En una declaración a The Washington Post, la multimillonaria Mercer dijo en nombre de su familia que no ha hablado con Bannon en meses ni ha proveído financiamiento para su agenda, “ni apoyamos sus acciones y declaraciones recientes”.
Según el Post, Breitbar News, que se suponía sería la plataforma principal en los planes de Bannon contra el aparato del Partido Republicano, también estaría evaluando su liderazgo.
Las señales de fractura en la influencia que pretendía Bannon arrojan una sombra sobre sus esperanzas de consolidar un movimiento centrado en el "Trumpismo sin Trump".
Fuentes de la Casa Blanca dijeron que el presidente estaba furioso por las críticas de Bannon, recogidas en un polémico nuevo libro que citaba al exasesor cuestionando la competencia de Trump y describiendo como "traidora" una reunión en la Trump Tower entre Donald Trump Jr., miembros de la campaña de Trump y una abogada rusa.