En medio de sanciones, comienza liga venezolana de béisbol

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Muchos peloteros venezolanos en las mayores suelen jugar durante el invierno boreal en la liga de su país. Eso no será posible en 2019, cuando decenas de venezolanos sobresalieron en Grandes Ligas.

Con un calendario reducido a 43 partidos por equipo, 20 menos que la campaña anterior, la temporada 2019-2020 de la liga venezolana de béisbol se pone en marcha el martes, tardíamente y en medio de incertidumbre, luego que las sanciones impuestas por Washington al gobierno del presidente Nicolás Maduro bloquearon la participación de jugadores afiliados a Grandes Ligas.

La Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) no logró esquivar las sanciones de la administración del presidente Donald Trump, un intento por ejercer presión para que Maduro deje el cargo, y en consecuencia Venezuela fue desincorporada del acuerdo que regula las relaciones entre Grandes Ligas y los torneos invernales del Caribe.

Las sanciones, que incluyen el congelamiento de los activos del gobierno de Venezuela en Estados Unidos, prohíben además a los estadounidenses y empresas foráneas relacionadas hacer negocios con el gobierno venezolano, sus familiares o aquellos que mantengan vínculos comerciales con empresas o funcionarios del gobierno.

El gobierno de Trump, que respalda al líder opositor Juan Guaidó, quien como jefe de la Asamblea Nacional en enero se declaró presidente interino en desafío a Maduro, también impuso sanciones a PDVSA, la mayor fuente de divisas del país y principal patrocinador del torneo local.

Las interrogantes ahora abundan por doquier.

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Muchos se preguntan, en particular, si los jugadores de reemplazo que juegan en torneos independientes de las organizaciones de Grandes Ligas serán capaces de ofrecer un buen nivel en una de las ligas invernales más exigentes.

Los venezolanos también extrañarán en este torneo a los jugadores estadounidenses, quienes dieron brillo a la liga desde que emergió el béisbol profesional en la década de 1940.

"Ni siquiera puedo recordar cuándo fue la última vez que un gringo no jugó en un equipo de nuestra liga”, dijo José Miguel Reyes, un aficionado de 71 años. El béisbol llegó tempranamente a Venezuela de la mano de venezolanos que estudiaban en Estados Unidos a finales del siglo XIX y las empresas que iniciaron la explotación petrolera a principios del siglo XX en el occidente del país.

“Aquí pasaron muchas estrellas de las Grandes Ligas, los mejores", resaltó Reyes, acomodándose su desteñida gorra de los Leones de Caracas, equipo que acaparara, junto a los Navegantes del Magallanes, la mayoría de los aficionados del país.

En Venezuela todavía recuerdan a peloteros de la talla de Bob Gibson, Barry Bonds o Pete Rose, quien jugó con los Leones en la campaña 1964-1965, justo después de ser elegido Novato del Año en la Liga Nacional, en parte con el propósito de pulir sus destrezas en la defensa de la segunda almohadilla en una liga fuerte como la venezolana.

Por las sanciones de Washington "tampoco van a jugar nuestros muchachos" que participan en las ligas mayores de Estados Unidos o sus filiales, se lamentó Reyes.

Muchos peloteros venezolanos en las mayores suelen jugar durante el invierno boreal en la liga de su país. Eso no será posible en 2019, cuando decenas de venezolanos sobresalieron en Grandes Ligas, entre ellos el antesalista Eugenio Suárez (Cincinnati), quien conectó 49 cuadrangulares, y José Altuve (Houston), que se convirtió en el cuarto venezolano en la historia que gana el premio al Jugador Más Valioso en una Serie de Campeonato.

Jesús "Manny" Trillo lo logró con los Filis en 1980, Eduardo Pérez se llevó la distinción con los Bravos en 1999 y Marco Scutaro hizo lo propio en 2012.

Además de Altuve, seis venezolanos participaron en la Serie Mundial, ganada la semana pasada por los Nacionales de Washington.

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Ante la ausencia de prospectos y de jugadores de Grandes Ligas, no pocos manifiestan que quizás no acudan a los estadios, algo que sería considerado inverosímil antes.

Los jugadores, extranjeros y venezolanos que juegan en torneos independientes como la Liga Mexicana de Béisbol (MLB), el campeonato profesional de más alto nivel durante el verano en México, tendrán la difícil tarea de avivar el entusiasmo. La mayoría de los 48 jugadores foráneos, seis por equipo por el reglamento, son dominicanos. En las nóminas de los equipos también figuran jugadores de México, Cuba, Colombia y Panamá, casi todos ellos debutantes.

También desanima a los aficionados, los precios de los boletos en este país, donde según previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), la inflación cerrará el año en 200.000%.

"Voy a ver por televisión los partidos, si esta gente (los reemplazos) da un buen espectáculo, quizás vaya al estadio", indicó Jimena Sanabria, una estudiante de 23 años. En Venezuela, la presencia femenina en los estadios es masiva y se cuentan entre los que celebran con euforia cada jugada.

La LVBP renunció al patrocinio de PDVSA, en procura que Washington certifique la independencia financiera de la liga venezolana respecto al gobierno de Maduro y sus aliados, con miras a lograr que Grandes Ligas revoque la desafiliación de la liga, pero incluso si eso ocurriera ya sería tarde. La respuesta todavía está en espera, reconoció Domingo Álvarez, gerente general de la liga venezolana.

Paralelamente varios de los principales animadores venezolanos del torneo y jugadores extranjeros de alto nivel, que estuvieron disponibles, ya firmaron para ver acción en otras ligas caribeñas, se informó.

Además de Navegantes y Leones, la liga venezolana la integran otros seis equipos: El campeón defensor Cardenales de Lara, Tigres de Aragua, Bravos de Margarita, Caribes de Anzoátegui, Águilas de Zulia y Tiburones de la Guaira.

El ganador del torneo representará a Venezuela en la Serie del Caribe, sede que Venezuela perdió este año debido a una nueva escalada en su larga crisis política.