Desde bien pequeño, Benicio del Toro sabía que quería dedicarse a las artes escénicas porque era algo “colectivo, es decir, que no se hacía en solitario”. “No me gustaba tocar instrumentos como el piano ni pintaba ni escribía porque era cosas que requerían hacerlas solo”, recuerda el puertorriqueño que saltó a la fama internacional en 1995 gracias a The Usual Suspects.
En cambio, prefirió decantarse por la actuación. “Era mi recreo”, confiesa. Y fue esa la razón principal por la que quiso dedicarse profesionalmente a esto. Y no le ha ido nada mal.
Aunque al principio pensaba que eso de ser actor era algo innato, que solo los que tenían vocación podían hacerlo bien, después de ir a la escuela de actuación, supo que esta profesión también se puede aprender a base de práctica. "La actuación es como todas las artes, puedes mejorar y tiene una cosa lógica, que no es así al azar. Tiene su ciencia", dice sin titubeos.
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El debut cinematográfico de del Toro fue en 1988 en la película Big Top Pee-wee, pero su gran oportunidad llegó en 1995 cuando protagonizó la película The Usual Suspects y cuya actuación como el misterioso criminal Fenster le valió elogios de la crítica.
Desde entonces, del Toro ha destacado en películas como Traffic (2000), por la cual ganó otro premio Óscar al mejor actor de reparto, 21 Grams (2003) y Che (2008) o Sicario (2015), que también fue muy aclamada por la crítica.
Además de su trabajo como actor, del Toro también ha fungido como productor ejecutivo de varias películas, incluyendo Things We Lost in the Fire (2007) y The Wolfman (2010).
La estrella de Hollywood es conocido por su habilidad para interpretar personajes complejos y desafiantes, a menudo retratando a individuos marginados o en situaciones difíciles. Su dedicación a su oficio y su talento innato le han asegurado un lugar en la cima de la actuación en Hollywood.
Su amistad con Bardem
Él recuerda con especial cariño la película Huevos de Oro, dirigida por Bigas Luna, compartiendo cartel con otro joven Javier Bardem.
“Recuerdo que se filmó en Miami y recuerdo pasarla muy bien con uno de mis actores favoritos, Javier Bardem, y hacer una amistad con él. Esas memorias son muy especiales. También recuerdo que estaba haciendo otra película, en Pensilvania, y me escapé para hacer esa parte de Huevos de Oro. Recuerdo que no podía coger sol y me tenía que poner un sombrero mexicano porque tenía que filmar en Pensilvania”, bromea.
Su trayectoria de casi cuarenta años en el cine y la televisión le ha hecho valedor del premio Oscar y del Globo de Oro al mejor actor de reparto por Traffic. Este sábado recibirá en Madrid, España, el Premio Platino de Honor en el marco de los Premios Platino, que organiza la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA) y la Federación Iberoamericana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales (FIPCA), considerados por la crítica como los galardones de mayor relevancia de la industria audiovisual en Iberoamérica.
“Es verdaderamente un honor estar aquí celebrando nuestra hispanidad y me siento honrado de seguir los pasos de Antonio Banderas, Ricardo Darín o Carmen Maura que también fueron premiados en esa categoría”, ha dicho este viernes durante una conferencia de prensa.
También lea Los Oscar devuelven a Hollywood todo su esplendorAdmite ser un afortunado en esta industria porque ha podido desarrollar su carrera artística, su “gran pasión” de niño, situándose como uno de los actores más importantes del momento en todo el mundo.
“Cuanto más pasan los años, uno se da cuenta de que la vida se va moviendo y va reflexionando. He tenido la oportunidad de trabajar con directores excelentes, algunos son los mejores del mundo. También con actores, productores, escritores… Y uno va haciendo de esponja, absorbiendo y aprendiendo para luego crear tu propio gusto”, argumenta.
Echando la vista atrás, del Toro admite que no se arrepiente de nada y que de todas las experiencias, tanto buenas o malas, siempre ha sabido sacar “su lado positivo”.
También lea Diego Calva, el mexicano que busca su nominación al Oscar por la película Babylon“Hay algunas cosas que uno hace de joven motivado por un tipo de energía que no está bien organizada. Siempre digo que a veces he dicho ‘no’ a cosas por rebeldía, sin pensarlas”, explica aclarando que nunca se ha arrepentido por ello.
El famoso actor también ha celebrado el “buen momento” que vive el cine latino, especialmente el “mexicano, el argentino y el brasileño”, naciones que, en su opinión, tienen “más cultura de cine en la región”.
Los estereotipos en el cine
Pese a eso, lamenta que aún se siga estereotipando a los hispanos en la industria del Séptimo Arte y cree que “los estereotipos se crean porque no se profundizan en esos personajes que representan las minorías”.
“No se hace porque, a lo mejor, no se han fermentado escritores que hagan la historia del hispano dentro de Estados Unidos, y esa puede ser una de las razones”, exponía recordando que le pidieron que se cambiara el nombre al inicio de su carrera, aunque él no lo hizo.
“En Hollywood, la mayoría de las historias no están diseñadas para las minorías. Por eso, muchas veces algunos amigos me preguntaban si no me molestaba que me encasillaran como un latino, especialmente porque normalmente no hay buenos papeles para latinos”, relata.
Pero él asegura que siempre ha intentado luchar contra esos estereotipos de los latinos en Hollywood, “algo que por suerte ha empezado a cambiar desde hace algunos años”. Quiso empezar a hacerlo desde que estudiaba en la escuela de actuación. “En ese momento, dije que si alguna vez tenía que hacer estereotipos, los iba a hacer pero buscando la humanidad y la complejidad al personaje” comenta.
También lea Nicolas Cage a la VOA: “Estoy contento de ver que las minorías están siendo representadas en el cine”Por suerte, dice, tuvo la oportunidad de “trabajar con directores, escritores y productores que escucharon mi llanto para dar una dimensión al personaje” y así conseguir que el público también entendiera ciertas actuaciones, que aprendiera “no generalizar” a los colectivos, en este caso a las minorías latinas en Estados Unidos.
Sin pensar en el legado
A pesar de tener una dilatada carrera profesional, Benicio del Toro no piensa en el retiro. Tampoco le importa mucho en el legado que dejará cuando él ya no esté. Solo quiere seguir haciendo grandes cosas en el cine.
Lo que sí que le gustaría es que el cine puertorriqueño, de donde es originario, se convierta en un punto de referencia para la industria, “al igual que lo es el reguetón”. “Puerto Rico se ha convertido en la isla de la música del reguetón y ha llegado a todas las partes del mundo, y creo que en algún momento debería pasar algo así con el cine, aunque por ahora es tiempo para el reguetón”, finaliza entre risas.
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