El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, partió el miércoles a Japón para participar en el importante cónclave del Grupo de los 7 (G-7), en medio de un cargado escenario mundial, con la invasión de Rusia a Ucrania hacia su segundo año y la presión política y estratégica de China en el Pacífico.
"El papel de Estados Unidos en el mundo es vital, especialmente ahora que trabajamos junto con otros países para apoyar a Ucrania y asumir los desafíos que exigen la cooperación internacional, desde abordar la crisis climática hasta fortalecer la economía global", dijo el mandatario en intercambio con reporteros desde la Casa Blanca antes de partir.
Biden dejó Washington a bordo del Air Force One un día después de haber anunciado que no haría escala en Papúa Nueva Guinea ni visitaría a Australia y sin acuerdo tangible todavía con los líderes republicanos de la Cámara de Representantes por el aumento del límite de la deuda federal.
“Acorté mi viaje para estar aquí en las negociaciones finales y firmar el acuerdo con el líder de la mayoría”, dijo Biden antes de partir de la Casa Blanca. “He dejado en claro que Estados Unidos no es una nación morosa, pagamos nuestras cuentas”, manifestó.
También lea Biden acorta viaje al extranjero ante crisis de límite de deudaEl viaje a tres países pretendía ser una muestra triunfal del liderazgo mundial estadounidense y, en cambio, amenazó con convertirse en un recordatorio de cómo los desacuerdos partidistas han socavado la posición de Washington en el escenario mundial.
El presidente tiene en su agenda todavía asistir a la cumbre anual del G-7, el grupo de las democracias avanzadas más avanzadas del mundo, que sostendrán un encuentro en la ciudad de Hiroshima.
Se espera que haya un apoyo unequivoco para la esperada contraofensiva de Ucrania contra Rusia, y ventilen las estrategias para afrontar los problemas económicos, climáticos y de desarrollo global.
Mientras esté en Hiroshima, Biden también planea sentarse con los llamados líderes del Quad -de Japón, Australia e India-, una asociación destinada a servir como contrapeso a China en el Indo-Pacífico, una región que considera una prioridad máxima en estrategia de seguridad nacional de EEUU. Originalmente, esa reunión estaba programada para la próxima semana en lo que habría sido su visita inaugural a Canberra y Sydney como presidente.
[Parte de la información para este reporte provino de The Associated Press]
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