El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump acordaron realizar dos debates el 27 de junio en el canal CNN y el 10 de septiembre en ABC News, los primeros enfrentamientos cara a cara sobre un escenario entre el mandatario y su predecesor en más de tres años.
El acuerdo, alcanzado en una serie de publicaciones en las redes sociales el miércoles, empezó con Biden desafiando a Trump a debatir, con la condición de que los acuerdos pasaran por alto a la Comisión de Debates Presidenciales, la organización que ha gestionado los debates desde 1988.
“Donald Trump perdió dos debates contra mí en 2020. Desde entonces, no se ha presentado al debate. Ahora actúa como si quisiera debatir conmigo otra vez. Bueno, alégrame el día, amigo. Incluso lo haré dos veces. Así que elijamos las fechas, Donald. He oído que estás libre los miércoles," dijo Biden.
El 27 de junio sería el debate presidencial más tempranero en la historia moderna. La campaña de Biden definió el modelo de la Comisión demasiado anticuado e innecesario. Además de tener lugar después de que mucha gente haya ya votado anticipadamente.
Trump respondió rápidamente a la invitación de Biden en Truth, anunciando que tendrá también lugar un tercer debate, el dos de octubre, en Fox News. La campaña de Biden aún no aceptó esta nueva invitación.
“Recomiendo encarecidamente más de dos debates y, para generar emoción, un lugar muy grande, aunque supuestamente Biden tiene miedo a las multitudes, y eso es sólo porque no las entiende.”
Las dos campañas no quieren que participe Robert Kennedy Junior y otros candidatos independientes a los debates.
Además, la campaña del demócrata quiere que no haya una audiencia y que los micrófonos se corten automáticamente cuando transcurra el tiempo límite de un orador: esto recordando todas las interrupciones durante el primer debate en 2020 en Ohio.
Tanto Trump como Biden, según sus campañas, creen firmemente que si el pueblo estadounidense observará a su oponente en un escenario de debate, será menos probable que vote por él.
Según analistas, Biden está dispuesto a tomar algunos riesgos calculados para revertir su suerte en una carrera en la que la mayoría de las encuestas en los estados clave muestran que el presidente está detrás de Trump, mientras que Trump buscará que una confrontación televisada refuerce su mensaje de que Biden es demasiado débil para ejercer la presidencia cuatro años más.