El vicepresidente de EE.UU. recorre las calles y se reúne con residentes de Santa Marta, un barrio miseria del que fueron expulsados los narcotraficantes y que se ha convertido en ejemplo comunal.
Antes de partir para la ciudad de Brasilia, donde se reunirá con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, el vicepresidente de EE.UU. Joe Biden, visitó este jueves la favela de Santa Marta en el sur de Río de Janeiro, donde residen unas siete mil personas.
La favela fue el primer barrio de pobres de la ciudad en ser pacificado en 2008 en virtud de un programa gubernamental para hacer más seguras las comunidades de este tipo expulsando de ellas a los traficantes de drogas.
Biden recorrió parte de las empinadas calles de la ciudad, en la falda de una colina, para visitar una comisaría policial, donde se reunió brevemente con la mayor Priscilla Azevedo, que dirige el programa de pacificación comunal. El Departamento de Estado concedió a la oficial el Premio Internacional de Mujeres con Valor 2012.
También se reunió con líderes de la asociación de vecinos y concluyó su visita en una plaza rodeada de pequeñas tiendas mixtas, una barbería y restaurantes, todos propiedad de residentes en la favela.
Biden declaró a la prensa que los cambios que pudo apreciar en la comunidad son “estraordinarios”, porque antes de ser pacificada la policía no era vista como amiga sino como enemiga por los vecinos, y se le informó que en Santa Marta hasta hace poco había muy pocos servicios públicos y sanidad.
“No hay un país en el mundo incluido EE.UU. que no tenga algunas partes necesitadas de asistencia adicional. Hay zonas de mi país que de alguna manera están deterioradas, en nuestros barrios pobres. Trabajamos muy duro tratando de ver cómo lidiamos con eso”, razonó el vicepresidente estadounidense.
Según el vicepresidente, lo que halló en los 45 minutos que estuvo en esta comunidad ahora visitada por miles de turistas es que sin importar en que parte del mundo sea, cuando un gobierno “muestra respecto y reconoce la dignidad de la gente”, vivan donde vivan, las cosas empiezan a cambiar. “Eso es lo que vi aquí”, dijo.
La favela fue el primer barrio de pobres de la ciudad en ser pacificado en 2008 en virtud de un programa gubernamental para hacer más seguras las comunidades de este tipo expulsando de ellas a los traficantes de drogas.
Biden recorrió parte de las empinadas calles de la ciudad, en la falda de una colina, para visitar una comisaría policial, donde se reunió brevemente con la mayor Priscilla Azevedo, que dirige el programa de pacificación comunal. El Departamento de Estado concedió a la oficial el Premio Internacional de Mujeres con Valor 2012.
También se reunió con líderes de la asociación de vecinos y concluyó su visita en una plaza rodeada de pequeñas tiendas mixtas, una barbería y restaurantes, todos propiedad de residentes en la favela.
Biden declaró a la prensa que los cambios que pudo apreciar en la comunidad son “estraordinarios”, porque antes de ser pacificada la policía no era vista como amiga sino como enemiga por los vecinos, y se le informó que en Santa Marta hasta hace poco había muy pocos servicios públicos y sanidad.
“No hay un país en el mundo incluido EE.UU. que no tenga algunas partes necesitadas de asistencia adicional. Hay zonas de mi país que de alguna manera están deterioradas, en nuestros barrios pobres. Trabajamos muy duro tratando de ver cómo lidiamos con eso”, razonó el vicepresidente estadounidense.
Según el vicepresidente, lo que halló en los 45 minutos que estuvo en esta comunidad ahora visitada por miles de turistas es que sin importar en que parte del mundo sea, cuando un gobierno “muestra respecto y reconoce la dignidad de la gente”, vivan donde vivan, las cosas empiezan a cambiar. “Eso es lo que vi aquí”, dijo.