El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, llegó este jueves a Haití para reafirmar el compromiso del gobierno estadounidense con una misión multinacional para combatir a las pandillas en el país caribeño e impulsar las largamente esperadas elecciones generales.
Alrededor de 400 policías kenianos se han desplegado en Haití, encabezando una misión respaldada por la ONU para acabar con la violencia de pandillas en la capital haitiana y más allá, aunque crecen las preocupaciones de que la misión carezca de la suficiente financiación y equipamiento.
Brian Nichols, subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, dijo el miércoles que el gobierno estadounidense considera una operación de pacificación por parte de la ONU como una forma de garantizar dinero y recursos para combatir a las pandillas, que controlan 80 % de la capital haitiana.
Blinken llegó un día después de que el gobierno haitiano amplió el estado de emergencia a todo el país. Dicho estado se había impuesto a principios del año en la capital y áreas circundantes, en un intento de frenar la constante violencia.
También lea La escasez y los retrasos minan la moral de policías kenianos en HaitíBlinken se reunirá con el primer ministro haitiano Garry Conille y con el consejo presidencial de transición, compuesto por nueve miembros, creado después de la renuncia del ex primer ministro Ariel Henry. También planea reunirse con líderes de partidos políticos no especificados.
Blinken también se reunirá con el director de la misión multinacional y con el jefe de la Policía Nacional de Haití.
“Nuestro objetivo es reconocer el avance positivo hacia la mejora de la seguridad y alentar los esfuerzos para nombrar al consejo electoral provisional para que Haití pueda realizar elecciones”, dijo Nichols a reporteros antes de iniciar su viaje.
Las últimas elecciones en Haití se celebraron en 2016, y desde entonces las autoridades han culpado a la violencia de pandillas y a la agitación política de impedirles convocar a nuevos comicios.
En julio de 2021, el expresidente Jovenel Moïse fue asesinado, y desde entonces, la violencia de pandillas se desbordó. En febrero, las pandillas lanzaron ataques coordinados contra las estaciones de policía y contra el principal aeropuerto internacional, que permaneció cerrado durante casi tres meses. También irrumpieron en las dos mayores presiones de Haití, liberando a más de 4.000 reos.
La violencia cedió ligeramente antes de la llegada del primer contingente de policías kenianos a finales de junio.
“Vemos un notable aumento en el número de patrullajes y operaciones diseñadas para restaurar la seguridad y el sentido de normalidad en Haití”, dijo Nichols.
Sin embargo, las pandillas siguen atacando a las comunidades que rodean Puerto Príncipe, la capital.
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