Las economías de América Latina y el Caribe aún no se han recuperado de la crisis provocada por la pandemia y aunque existen señales de mejoras en algunos países, la calidad de los trabajos, el nivel de ingresos de los hogares y la inseguridad alimenticia persisten en otros, de acuerdo con un informe difundido el lunes por el Banco Mundial.
El reporte, basado en una encuesta telefónica encargada por el BM y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, aborda la situación regional a casi dos años de la pandemia en áreas claves como el mercado laboral, los ingresos y la inseguridad alimenticia de las familias, la educación, la salud y las finanzas.
A nivel regional la tasa de empleo permanece 11 puntos porcentuales por debajo de la que había antes de la pandemia, con un 62% de personas de más de 18 años actualmente trabajando. Mientras en países como Colombia y Brasil la diferencia comparativa es significativa -cerca de un 17% menos- y en otros como Guatemala, Nicaragua y El Salvador, la tasa de empleo actual ha superado a la anterior a la pandemia.
La región de Latinoamérica y el Caribe, señaló el informe, está emergiendo de la crisis del COVID-19 con economías debilitadas, lo que limita la capacidad de los trabajadores reinsertarse en el mercado laboral. Aunque hay señales de recuperación y el empleo ha crecido respecto de 2020, la calidad de los trabajos se ha deteriorado, con un aumento en la informalidad.
También lea OCDE: economía de América Latina se recuperará más lenta tras la pandemiaEn promedio la formalidad ha caído 4,8 puntos porcentuales, siendo Panamá y Perú los que han mostrado el mayor retroceso. Además, la cantidad de cuentapropistas ascendió del 15% al 20% y cayó la cantidad de horas semanales trabajadas de 43 antes de la pandemia a 37.
El informe señaló asimismo como una “preocupación especial” el hecho de que la calidad del trabajo haya empeorado principalmente entre los grupos más vulnerables como las mujeres, los ancianos y los trabajadores con menos educación formal.
En la región, uno de cada cuatro trabajadores que tenía empleo antes de la pandemia ya no trabaja y más de la mitad de ellos reportan haber salido del mercado laboral, según el informe. Después de Haití, cuyo desempleo es cercano al 46%, Colombia es el país que más empleos ha perdido, con un desempleo que alcanza al 35%. Le siguen Panamá, también con el 35%; Honduras, con el 32%; Chile, 31%, y Brasil, Ecuador y Perú, con 29%. A nivel regional, el promedio de desempleo era de 10% antes de la pandemia y subió al 16%.
Los efectos negativos del mercado laboral se reflejan en el ingreso de los hogares, de acuerdo con el informe. Cerca del 50% de las familias de la región aún tienen dificultades para recuperar los ingresos que tenían antes de la pandemia a pesar de los esfuerzos de los gobiernos para paliar los efectos económicos de la crisis sanitaria. Para algunos países, entre ellos Guatemala, Honduras y El Salvador, la recuperación es visible e incluso ha caído la cantidad de hogares que reportan que su ingreso es menor al que tenían antes de la pandemia. En cambio, en otros países como Bolivia, Paraguay, Ecuador y Colombia, los ingresos de más del 60% de los hogares aún no han mejorado.
Otro de los sectores donde se refleja el impacto de la falta de recursos es el alimenticio: el doble de los hogares enfrentan ahora inseguridad para obtener comida, en comparación con la situación de comienzos de la pandemia. El 24% de las familias reportó haberse quedado sin alimentos debido a falta de dinero o de otros recursos, comparado con el 13% anterior.
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