Bolivia vive el lunes a la espera de mayor claridad sobre el avance de los resultados preliminares, tras una elección presidencial en la que el presidente Evo Morales se vería forzado a ir a una segunda vuelta con Carlos Mesa.
La transmisión de los resultados preliminares del Tribunal Supremo Electoral seguía interrumpida el lunes, algo que ha generado inquietud dentro y fuera de Bolivia, incluido el principal rival de Morales, el expresidente Carlos Mesa, quien dijo que no aceptará que se manipule un resultado que hasta ahora muestra que habrá un balotaje.
Mesa, convocó a una vigilia en las puertas de los Tribunales Electorales Departamentales tras afirmar que tiene información de que las autoridades electorales ya tienen el 100 por ciento de los datos transmitidos, pero no los estarían publicando como parte de un “amaño” para evitar una segunda vuelta.
La publicación de los datos preliminares se suspendió sin explicación en horas de la madrugada de este lunes, provocando la reacción de los partidos opositores y de la misión de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA).
“A medida que se van abriendo las posibilidades de manipulación nos podrían llevar a una situación prácticamente inaceptable para la democracia”, advirtió Mesa, según el diario boliviano La Razón, para luego insistir en su llamado a una “movilización democrática” en defensa del voto a los militantes de su alianza, a los movimientos cívicos y a los partidos de la oposición.
Señaló que el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) fue financiado en parte por la Unión Europea, por lo que espera que los países miembros se pronuncien sobre la interrupción del flujo de los datos.
Con el 83,7% de los votos computados en el conteo rápido, Morales -al frente del Partido Movimiento al Socialismo (MAS)- estaba a la cabeza del cómputo con 45,28% de los votos frente al 38,16% de Mesa, quien gobernó entre 2003 y 2005 y ahora compite por la alianza de centro Comunidad Ciudadana (CC).
Los resultados finales deben ser entregados en siete días.
Para ganar en primera vuelta, un candidato debe obtener el 50% más un voto o ganar con al menos 40% de los sufragios, pero con una diferencia de diez puntos porcentuales frente al segundo lugar.
La Voz de América realiza la cobertura en Bolivia, un país que amaneció polarizado y en medio de la incertidumbre.
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Si se mantiene esta tendencia en los resultados, deberán ir a balotaje. De acuerdo a las reglas bolivianas, es preciso el 50 por ciento de los votos o el 40 por ciento, y una diferencia de 10 puntos entre el primero y segundo candidato.
"Tenemos las informaciones preliminares y como siempre, hermanas y hermanos, (estamos) confiados en el voto del campo", dijo Morales tras conocer los primeros resultados parciales.
Mesa por su lado aludió a una eventual segunda vuelta, que de ocurrir estaría prevista para el 15 de diciembre. Además exigió que el TSE publique el recuento del 100% de los votos.
"A partir de todos los recuentos de conteo rápido independientes, estamos en segunda vuelta por una diferencia que es inferior a los 5 puntos entre el primero y el segundo", dijo Mesa en un video publicado en su cuenta de Twitter.
"No vamos a aceptar que se nos burle el voto que nos lleva a la segunda vuelta para construir una Bolivia mejor", afirmó.
Según los resultados preliminares, Morales ganó en cinco departamentos y Mesa en cuatro. La popularidad de Morales cayó desde que en 2014 ganó con el 63 por ciento de los votos.
El mandatario, que aspira a su cuarto mandato, dijo que no espera una segunda vuelta y centra su esperanza en el voto rural.
En tercera posición figura el pastor evangélico, nacido en Corea del Sur, Chi Hyun Chung, con el 8,77 por ciento, conocido como el “Bolsonaro boliviano”, y en cuarto puesto el senador opositor Óscar Ortiz (4,41 por ciento. Las otras cinco candidaturas opositoras quedan por debajo del 3 por ciento. Los resultados son provisionales y los definitivos pueden tardar días, de acuerdo con la normativa electoral boliviana.
Quien resulte ganador gobernará Bolivia, un país de 11 millones de habitantes entre el 2020 y el 2025.
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