Bolivia ha sido uno de los países en América Latina que se sumó a la agitación social y política que marcó 2019 y que ha continuado hasta este año, a la que ahora se le agrega la crisis sanitaria desatada por la pandemia del coronavirus.
Esta última situación podría, según los expertos entrevistados por la Oficina de Washington en Latinoamérica, (WOLA, por sus siglas en inglés), ayudar a la presidenta interina Jeanine Áñez a mejorar su imagen.
"Si ella maneja este virus bien, esto puede mejorar su imagen como alguien que puede manejar al país también. Si lo maneja pobremente, puede afectar mucho su imagen", dijo Linda Farthing, periodista e investigadora que estuvo en Bolivia desde octubre de 2019 hasta marzo de 2020 informando y reportando sobre la crisis boliviana para varios medios en Estados Unidos.
Y es que, según Farthing, Áñez es una mujer que surgió en medio de la crisis sin ser muy conocida y algunos han criticado que ha usado su posición como presidenta interina para impulsar su candidatura a las nuevas elecciones, que han sido pospuestas debido a la crisis del coronavirus.
También lea Bolivia bajo emergencia sanitaria por el COVID-19Por su parte, Robert Albro, profesor asociado de investigación en el Centro de Estudios Latinoamericanos de la American University, concuerda en que la forma en que la mandataria maneje la situación podría darle un impulso a su carrera política.
"Esperaría que sea difícil para cualquier líder, en una circunstancia como esta, emerger intacto. Creo que una de las cosas que debemos esperar es que este virus tenga graves impactos en las zonas rurales debido a la falta de infraestructura y las personas no recibirán la atención que necesitan", dijo analista.
La conversación entre estos expertos, que se realizó vía internet, destacó los cambios que se han vivido en esa nación desde las pasadas elecciones de octubre de 2019, en las que se determinó que el expresidente Evo Morales cometió fraude, lo que generó protestas en todo el país que, en última instancia, le obligaron a renunciar, exiliarse a México y finalmente refugiarse en Argentina, desde donde sigue en comunicación con aliados de su partido, MAS.
Si bien, la transición al gobierno interino, liderado por Áñez, no fue aceptada por la mayoría, ha permitido establecer cierto orden, ya que además cuenta con el respaldo del ejército.
Según los analistas, los bolivianos y la región siguen divididos por los acontecimientos que llevaron a la caída de Morales, la legitimidad de la presidencia interina de Áñez y la conducta de su gobierno.
Pero dependiendo del impacto de la crisis del coronavirus y de las posteriores consecuencias que este pueda traer, podría cambiar el panorama actual que, según las encuestas anticipadas, indican una ventaja considerable para el candidato presidencial del MAS, Luis Arce, seguido por el ex presidente Carlos Mesa y por la propia Áñez, quien ingresó a la carrera a pesar de haber prometido no postularse.
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