No hay mucha pausa cuando el tiempo pasa. Cada movimiento coordinado muestra la experiencia y el cariño que se pone en la elaboración de las famosas tantawawas o t’anta wawas, unos panes dulces especiales que son parte de la tradición de la cultura andina para la celebración de Todos Santos. Esta palabra proviene del aimara y significa pan (tanta) y bebé o niño (wawa).
En Bolivia, ya sea con una t’anta wawa grande o pequeña y en mesas diversas, en Todos Santos las familias recuerdan historias de vida de los que se fueron, con la creencia de que, por unas horas, son almas presentes.
Las últimas semanas de octubre, empresas y panificadoras artesanales aumentan su ritmo de trabajo para cumplir con la alta demanda de los bolivianos que esperan a sus seres queridos que fallecieron. La creencia indica que entre el 1 y 2 de noviembre “las almas vuelven al hogar”.
En Cochabamba, en el centro de Bolivia, la industria panificadora Inpasa abrió sus puertas a la Voz de América para conocer de cerca cómo se preparan estos famosos panes desde hace ya 20 años. Según su gerente, Edward Revollo, no hay una receta secreta más allá de los ingredientes básicos como harina, azúcar, huevo, leche y mantequilla; pero la clave está en los detalles y el acabado.
“Por la pandemia, la demanda ha incrementado. Esto es una tradición porque dentro del primer año del fallecimiento se arma una mesa con todo lo que le gustaba al difunto y se busca una t’anta wawa grande, además de otros elementos”, dice Revollo.
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Los pedidos son muy precisos respecto al tamaño, pero también hay algunos muy peculiares, como representaciones de mascotas u objetos de valor sentimental, como motocicletas y otros.
En las ferias populares de todo el país la venta de las t’anta wawas es muy importante porque constituye el centro del “mast’aku”, la mesa que cada familia prepara para sus seres queridos que fallecieron. En ésta se incluye también la fotografía del difunto, su comida favorita, flores, velas, agua, una cruz y otros elementos religiosos.
La historia de las tantawawas
El sol, la luna, la escalera, la serpiente, la paloma, la llama son otras formas que se elaboran en masa dulce. Algunos artesanos defienden que deben ser “12 misterios” y cada uno con un significado especial, pero otros ya modernizando esta tradición solo incluyen algunos.
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“En la mesa la t’anta wawa” es lo que representa al difunto, pero por ejemplo el sol y la luna indican que el alma viene acompañada de esos dos astros y llega con todo lo que le gusta, por eso lo carga en la llamita. Y la escalera que es por donde baja o vuelve a subir luego de visitar a la familia”, explica a la VOA, Andrea Goitya, responsable de Control de Calidad de Inpasa.
Aunque la historia tiene versiones sobre el origen de las t’anta wawas, una de ellas hace referencia a algunos hechos ocurridos a finales del siglo XVI y principios del XVII, según el libro “Historia de la Villa Imperial” del departamento de Potosí.
Como relata el cronista Bartolomé Arzáns de Orzúa y Vela, en ese tiempo se habrían registrado enfermedades contagiosas, probablemente entre ellas la varicela, que causaron la muerte de una gran cantidad de niños. Las madres, ante el dolor por la pérdida de los menores, elaboraron masitas o panes dulces representando a los bebés como si estuvieran envueltos.
Alrededor de Todos Santos confluyen muchas tradiciones, valores, pero sobre todo emociones, porque después de todo no es una festividad de luto o tristeza, sino de reencuentro.
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