Los negociadores en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático están considerando un borrador de decisión que subraya la “alarma y preocupación” por el calentamiento global que ya está experimentando el planeta y que pide al mundo que recorte alrededor de la mitad de sus emisiones de gases con efecto invernadero para 2030.
La primera versión decisión, publicada el miércoles en la COP26 en Glasgow, Escocia, no menciona acuerdos concretos sobre los tres principales objetivos establecidos por la ONU al inicio de la cumbre.
Sí menciona la necesidad de rebajar las emisiones en un 45% para 2030 con respecto a los niveles de 2010 y de lograr la “neutralidad” de emisiones para mitad de siglo. Para lograrlo, los países deberán emitir solo la cantidad de gases de efecto invernadero que puedan volver a absorber a través de medios naturales o artificiales.
El borrador pide a las naciones que “aceleren la eliminación del carbón y de los subsidios a los combustibles fósiles”, pero no hace ninguna referencia explícita al final del uso del petróleo y el gas.
El documento reconoce también “con pesar” que las naciones ricas han incumplido su promesa de aportar 100.000 millones de dólares anuales en ayuda financiera para 2020 para apoyar a las naciones pobres en su lucha contra el calentamiento global.
Además, reafirma los objetivos establecidos en París en 2015 de limitar el calentamiento del planeta a 2 grados Celsius (3,6 Fahrenheit) con respecto a la época preindustrial, con un objetivo más ambicioso de tratar de dejarlo en 1,5 Celsius (2,7 Fahrenheit).
También lea En cumbre climática afloran divisiones entre pobres y ricosDestacando el desafío de cumplir estos objetivos, el borrador “expresa alarma y preocupación porque la actividad humana haya causado ya un calentamiento de alrededor de 1,1 C (2 F) hasta la fecha y los impactos que ya se están sintiendo en todas las regiones”.
También se publicaron borradores de propuesta para otros asuntos que se están debatiendo en la COP26, incluyendo las normas para los mercados internacionales de carbono y la frecuencia con la que las naciones ricas deben informar de sus esfuerzos.
El texto pide a los países que no tienen objetivos nacionales que se ajusten a la limitación de la temperatura en 1,5 o 2 grados y que presenten límites más firmes el próximo año. Dependiendo de cómo se interprete el lenguaje, la provisión podría aplicarse a la mayoría. Analistas del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) consideraron este elemento del borrador una victoria para los vulnerables.
“Este es un lenguaje crucial”, señaló el director de la Iniciativa Climática Internacional del WRI, David Waskow, el miércoles. “Se espera que en ese plazo los países hagan algo para adaptarse”.
En un guiño a los asuntos más importantes para las naciones pobres, el documento “insta” vagamente a las naciones desarrolladas a compensar a aquellas en desarrollo por las “pérdidas y daños”, una frase que no gusta a algunas de las adineradas.
Sean cual sean las conclusiones de la reunión de Glasgow, deben ser aprobadas por unanimidad por las cerca de 200 naciones participantes.
En los tres o probablemente cuatro próximos días habrá un gran volumen de negociaciones y decisiones. La cumbre termina formalmente el viernes, pero este tipo de reuniones sobre el clima suelen prorrogarse. Las decisiones recogidas en el borrador proporcionan más que nada los parámetros para los asuntos que se resolverán en la recta final de la conferencia anual de la ONU, añadió Waskow.
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