El presidente electo brasileño Jair Bolsonaro designó el lunes a Roberto Castello Branco, un partidario de las reformas privatizadoras, como futuro presidente de la petrolera estatal Petrobras.
Castello Branco, exmiembro de la junta directiva de Petrobras, es un partidario declarado de privatizar la petrolera estatal, una medida que también es apoyada por su estrecho amigo y aliado Paulo Guedes, quien será el próximo ministro de Hacienda.
La designación de Castello Branco, un ingeniero con experiencia en el sector petrolero y en el manejo de grandes empresas, parecía estar ganando apoyo inicial.
"Es un nombre que llega con bastante fuerza", dijo el profesor de finanzas Gilberto Braga, de la Universidad Ibmec de Río de Janeiro, y refirió cuando Castello Branco estaba en la junta directiva de Petrobras y, antes de ello como director de la compañía minera Vale.
"Tendrá la autonomía para realizar una agenda amigable con los mercados, además de cierta libertad para fijar los precios del combustible y un mayor margen para acelerar las desinversiones", señaló el Grupo Eurasia en un comunicado de prensa.
El gobierno de Bolsonaro asumirá el 1 de enero. Los expertos creen que difícilmente podrá privatizar en su totalidad a Petrobras a pesar del apoyo de Castello Branco y Guedes.
Las negociaciones con el ministro de Hacienda Guedes sobre el futuro de la petrolera estatal ya están en curso, comentó Bolsonaro el lunes a los reporteros afuera de su casa en Río de Janeiro.
"Algo de ella podría ser privatizada, pero no toda. Es una compañía estratégica", dijo el excapitán del Ejército y congresista durante 27 años.
En junio, en una columna publicada en el periódico brasileño Folha de S. Paulo, Castello Branco afirmó que está a favor de la privatización y pidió que haya más competidores en el sector energético.
"Necesitamos varias compañías privadas que compitan en el mercado de combustible", escribió.
La privatización es un asunto polémico en el país más grande de América Latina y sumamente impopular entre las fuerzas armadas, un sector que constituye gran parte de la base de apoyo de Bolsonaro. Una privatización, que podría significar el fin de los precios subsidiados de los combustibles, también concitaría la oposición de muchos otros sectores, incluido el del transporte.
De todas formas, las actividades complementarias de Petrobras, como el refinado y la distribución, podrían ser privatizadas, señalaron los expertos.
La introducción de precios de combustibles acordes con el mercado fijados por Petrobras hace algunos meses provocó una gran huelga de camioneros que paralizó el país durante días. El actual gobierno del presidente Michel Temer le puso fin luego de proporcionar subsidios de combustible dirigidos a disminuir los precios del diésel.
En su columna, Castello Branco criticó rotundamente la decisión de Temer y argumentó que, en última instancia, el que haya competidores en el sector energético sería mejor para la nación.
"Es inaceptable mantener cientos de miles de millones de dólares asignados a las compañías estatales para actividades que podrían ser adoptadas por la iniciativa privada, mientras que el estado no tiene dinero para pagar obligaciones básicas, como la atención médica, la educación y la seguridad pública", escribió.
Sin embargo, los expertos dijeron que es probable que el subsidio actual al diésel se mantenga.
"Un nuevo paro (de los camioneros) sería desastroso para este gobierno", dijo Braga.
Antes de ser miembro de la junta de Petrobras en 2015 y 2016, Castello Branco fue director de la minera Vale de 1999 a 2014. Actualmente es profesor en la Fundación Getulio Vargas, una universidad e instituto de investigaciones. Castello Branco también realizó estudios postdoctorales en la Universidad de Chicago.
Es el tercer designado de Bolsonaro que estudió en la Universidad de Chicago, luego de Guedes y del economista Joaquim Levy, quien recientemente fue elegido para presidir el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil.
Petrobras dijo en un comunicado que el actual director general de la compañía, Ivan Monteiro, permanecerá en su cargo hasta que el nuevo gobierno asuma el poder.