El Senado de Brasil votó el miércoles por abrumadora mayoría enjuiciar a la presidenta suspendida Dilma Rousseff, dando un paso más hacia la destitución de la primera mujer al frente del país.
Tras unas 15 horas de debate, los senadores votaron 59 votos a favor y 21 en contra por violación de leyes fiscales en el manejo del presupuesto federal.
El veredicto final se espera para fin de mes y requerirá dos terceras partes de los votos, pero encuestas hechas por la prensa en el Senado sugieren que Rousseff será derrotada y con ello terminarán 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores.
La votación del miércoles puso en evidencia que las gestiones para destituirla han cobrado impulso, pese a que Rousseff ha tratado de cortejar a senadores que expresaron dudas sobre la capacidad del presidente interino Michel Temer para gobernar.
Los senadores que promovían la destitución necesitaban apenas una mayoría simple para pedir el juicio. No solo consiguieron más que eso, sino también lograron un amplio margen sobre la súper mayoría -de al menos 54 votos- que necesitarán para destituirla permanentemente.
La impugnación de la presidenta, un exguerrillera izquierdista y la pirmera mujer mandataria de Brasil ha paralizado la política nacional desde comienzos de año y ha profundizado la crisis desatada por un extenso escándalo de sobornos y comisiones en la petrolera estatal Petrobras.