Los peces, que habrían sido infectados tras el tsunami en Japón, llevaron la radiactividad a 6.000 kilómetros de distancia.
Científicos comprobaron que peces de atún rojo, que aparecieron en las costas de California en EE.UU. están contaminados con sustancias radiactivas, al parecer, provenientes de la planta nuclear de Fukushima, en Japón. Aunque los niveles no perjudican la salud humana, los expertos sugieren estudiar con mayor profundidad toda clase de especies migratorias.
Los resultados del estudio, realizado por científicos de la Universidad de Stanford, alarmaron al grupo de investigadores, puesto que los niveles de Cesio (sustancia radioactiva) superan 10 veces más la cantidad medida en las especies en años anteriores. No obstante aún no se ha llegado al límite de riesgo para consumir los pescados.
En el 2011, luego del tsunami que averió los reactores nucleares de Fukushima, el grupo investigado realizó un estudio con muestras de algunos ejemplares de atún rojo, en los que se detectaron elevadas cantidades de dos sustancias radiactivas (Ceisum-134 y Cesio-137), en comparación con años anteriores.
Otra investigación realizada meses después, para descartar el hecho de que la radiación fuera transportada por las corrientes oceánicas mediante la atmosfera, concluyó que el accidente en la planta de Fukushima fue la causa del aumento en la radioactividad.
El atún rojo o de aleta azul, es uno de los peces más grandes y veloces del océano, puede metabolizar y expulsar sustancias radiactivas, a medida que crecen y nadan de un lugar a otro, pero no pueden expulsarlas por completo.
“El atún rojo es un pez migratorio que a lo largo de su vida habita en distintas zonas del Pacífico Norte. Los ejemplares maduran en las aguas niponas del oeste del Pacífico y la mayoría migra hacia el este por la corriente oceánica de California al año o dos de vida”, señaló un experto a la gaceta Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU.
Los científicos especulan que tortugas, tiburones y aves marinas también podrían tener iones radioactivos y transportarlos al Pacifico, por lo que en los próximos meses realizarán una prueba a profundidad con un mayor número de muestras, que evidenciará cómo la radiactividad afecta a las especies de atún.
Los resultados del estudio, realizado por científicos de la Universidad de Stanford, alarmaron al grupo de investigadores, puesto que los niveles de Cesio (sustancia radioactiva) superan 10 veces más la cantidad medida en las especies en años anteriores. No obstante aún no se ha llegado al límite de riesgo para consumir los pescados.
En el 2011, luego del tsunami que averió los reactores nucleares de Fukushima, el grupo investigado realizó un estudio con muestras de algunos ejemplares de atún rojo, en los que se detectaron elevadas cantidades de dos sustancias radiactivas (Ceisum-134 y Cesio-137), en comparación con años anteriores.
Otra investigación realizada meses después, para descartar el hecho de que la radiación fuera transportada por las corrientes oceánicas mediante la atmosfera, concluyó que el accidente en la planta de Fukushima fue la causa del aumento en la radioactividad.
El atún rojo o de aleta azul, es uno de los peces más grandes y veloces del océano, puede metabolizar y expulsar sustancias radiactivas, a medida que crecen y nadan de un lugar a otro, pero no pueden expulsarlas por completo.
“El atún rojo es un pez migratorio que a lo largo de su vida habita en distintas zonas del Pacífico Norte. Los ejemplares maduran en las aguas niponas del oeste del Pacífico y la mayoría migra hacia el este por la corriente oceánica de California al año o dos de vida”, señaló un experto a la gaceta Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU.
Los científicos especulan que tortugas, tiburones y aves marinas también podrían tener iones radioactivos y transportarlos al Pacifico, por lo que en los próximos meses realizarán una prueba a profundidad con un mayor número de muestras, que evidenciará cómo la radiactividad afecta a las especies de atún.