El grupo Estado islámico no tiene interes en ataques esporádicos porque su propósito fundamental es conseguir el control de territorio en base a la lucha armada.
Por eso los ataques en Canadá podrían ser aislados y producto de un compromiso individual asumido por una persona que se siente atraída por la lucha extremista.
Bajo ese concepto, el Dr. Isidro Sepúlveda, experto en temas de terrorismo y seguridad, dijo en entrevista con la Voz de América que el objetivo de este tipo de actos no es causar una gran letalidad sino infundir temor social y considera que no se puede asegurar que este ataque concreto esté ligado al grupo Estado islámico.
“Una cosa es quién reinvidica los atentados y otra es el que tiene la capacidad de planificar y ejecutarlos, el Estado islámico que es una doble mentira porque todavía no es un Estado y ni es islámico porque profesa una creencia en la barbarie, no está detrás de los ataques en Ottawa”, afirma Sepúlveda.
Escuche la entrevista con el Dr. Isidro Sepúlveda
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A tiempo de afirmar que fue un acto aislado, el experto dice que “Cuando se apunta contra elementos simbólicos del Estado como ha ocurrido en Ottawa atacando el monumento a los caídos y la sede del parlamento que tiene como ícono a la Torre de la Libertad, se está dando todo un manifiesto en contra de la democracia”, remarca el Prof. Sepúlveda.
Para este experto los ataques en Canadá fueron individuales y perpetrados por individuos que entrarían en la categoría de los denominados “lobos solitarios”. “Son personas que son inoculadas, por diferentes medios, con una serie de consignas que toman como propias y siguen su propio instinto”, concluye.
El experto recomienda a las autoridades de países occidentales, en especial a Estados Unidos, a trabajar en la identificación de las redes que utilizan los extremistas para incorporar gente a sus filas y sus ideas radicales, en especial jóvenes. “Hay que vigilar lugares físicos y de internet que sirven para reeducar a estas personas”, acota Sepúlveda.
“Controlar las redes terroristas es difícil pero está en las manos de los gobiernos, sobre todo a través del control al acceso a las armas que en países como Estados Unidos es bastante sencillo”, concluye Sepúlveda.