Investigadores suecos descubrieron que dos conocidos antioxidantes, entre ellos la vitamina E, en vez de impedir el cáncer lo que hicieron fue estimularlo en ratones.
Millones de personas toman diariamente píldoras de vitaminas C y E, para estar más saludables y evitar enfermedades que comúnmente se cree ayudan a prevenir o retrasar el cáncer.
Pero nuevas investigaciones sugieren que ingerir altos niveles de suplementos conocidos como antioxidantes podrían en realidad tener el efecto contrario, al desplazar las defensas naturales del organismo humano contra el cáncer.
Los antioxidantes son sustancias químicas naturalmente producidas por el cuerpo o proporcionadas por frutas y vegetales que neutralizan los llamados radicales libres que dañan el ADN, y sin ellos las células se vuelven cancerosas.
Pero a despecho de docenas de estudios nunca ha habido pruebas de que consumir una cantidad extra de antioxidantes en forma de píldoras previene la enfermedad, según Martin Bergo, profesor de medicina molecular de la Universidad de Gothenburg, en Suecia.
El científico asegura que por el contrario hay docenas de estudios que muestran que hacerlo reporta pocos o ningún beneficio e incluso exámenes en los que investigadores observaron un incremento en el riesgo de tener cáncer.
En pruebas hechas con ratones Bergo y otro cientítico, Per Lindahl, descubrieron que dos antioxidantes, la vitamina E y una sustancia conocida por sus siglas como NAC, estimularon el cáncer de pulmón en los roedores al reducir la actividad de una proteína (P-53) que normalmente limita el daño celular y previene el cáncer.
Un portavoz de la Sociedad contra el Cáncer de EE.UU. calificó de “interesante” el estudio pero señaló que es muy pronto para establecer conclusiones.
Pero nuevas investigaciones sugieren que ingerir altos niveles de suplementos conocidos como antioxidantes podrían en realidad tener el efecto contrario, al desplazar las defensas naturales del organismo humano contra el cáncer.
Los antioxidantes son sustancias químicas naturalmente producidas por el cuerpo o proporcionadas por frutas y vegetales que neutralizan los llamados radicales libres que dañan el ADN, y sin ellos las células se vuelven cancerosas.
Pero a despecho de docenas de estudios nunca ha habido pruebas de que consumir una cantidad extra de antioxidantes en forma de píldoras previene la enfermedad, según Martin Bergo, profesor de medicina molecular de la Universidad de Gothenburg, en Suecia.
El científico asegura que por el contrario hay docenas de estudios que muestran que hacerlo reporta pocos o ningún beneficio e incluso exámenes en los que investigadores observaron un incremento en el riesgo de tener cáncer.
En pruebas hechas con ratones Bergo y otro cientítico, Per Lindahl, descubrieron que dos antioxidantes, la vitamina E y una sustancia conocida por sus siglas como NAC, estimularon el cáncer de pulmón en los roedores al reducir la actividad de una proteína (P-53) que normalmente limita el daño celular y previene el cáncer.
Un portavoz de la Sociedad contra el Cáncer de EE.UU. calificó de “interesante” el estudio pero señaló que es muy pronto para establecer conclusiones.