Seguidores del Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil salieron el viernes a las calles para sumarse a las manifestaciones en respaldo al Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, mientras que sus opositores en el Congreso pusieron en marcha el proceso para someterla a juicio político.
La crisis política del país llegó al Supremo Tribunal Federal, que ha recibido decenas de pedidos para suspender el nombramiento esta semana del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva como jefe de gabinete de Rousseff.
Antes de las reuniones en respaldo al Gobierno del viernes, miles de manifestantes se habían reunido en la céntrica Avenida Paulista de Sao Paulo con camisetas rojas del PT y rodeados de una fuerte custodia policial. "Todos somos Dilma", decía un cartel que era llevado por varias mujeres.
Horas antes, las autoridades dispersaron a los manifestantes opositores que habían bloqueado la Avenida Paulista desde el miércoles por la noche, cuando se desataron protestas por la designación de Lula.
Los opositores afirman que esa medida fue concebida para dar inmunidad a Lula frente a fiscales que lo acusan de fraude y lavado de dinero. El Supremo Tribunal Federal es el único con jurisdicción en casos contra ministros.
La situación legal de Lula es incierta luego de que opositores a Rousseff presentaron una serie de pedidos para suspender su nombramiento bajo la premisa de que es inconstitucional y una obstrucción a la justicia.
La Abogacía General de Brasil aseguró el viernes que Lula podrá ejercer su cargo como jefe de gabinete después de que un tribunal en Río de Janeiro invalidó una segunda medida cautelar que bloqueaba el nombramiento hecho el miércoles.