Este viernes, la justicia de Estados Unidos presentaría formalmente la imputación de cargos contra el sargento de la Armada Robert Bales, de 38 años, por el homicidio de 16 personas en Kandahar.
Bales, informó un funcionario del Departamento de Defensa a la cadena NBC, enfrenta 17 cargos por homicidio, de los cuales uno es en grado de tentativa y seis en calidad de asalto pues, según las mismas fuentes, la cifra final de víctimas de la matanza fue de 17.
La matanza tuvo lugar el pasado 11 de marzo en las cercanías de Kandahar cuando, al parecer, Bales irrumpió en varias viviendas cerca de su guarnición y mató a disparos a 17 civiles afganos, entre ellos varios niños.
El sargento, nacido en Ohio y padre de dos hijos, se encuentra recluido en la cárcel militar de Forth Lavenworth en Kansas, a donde fue trasladado el pasado 16 de marzo luego de que, al parecer, en la noche del 11 de marzo salió de la base militar de Zangabad, se movilizó hasta Panjwai, un pueblo cercano, y allí entró a varias casas masacrando a civiles afganos.
Ante el hecho, el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, afirmó que "se trata de un acto intencionado perpetrado por soldados estadounidenses" y exigió casitgo y una respuesta clara del gobierno estadounidense.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que el Pentágono "no escatimará esfuerzos para llevar a cabo una investigación completa" de la matanza que calificó como "vergonzosa e inaceptable".
Por su parte, el abogado defensor, John Henry Browne, afirma que el sargento sufría de estrés, que tiene grandes lagunas mentales y no recuerda lo sucedido ese 11 de marzo, y que por ende no ha confesado su responsabilidad en la matanza.