Obama pondera respuesta a crisis en Irak

El presidente Obama se reunió con los líderes demócratas y republicanos del Senado y la Cámara de Representantes.

El presidente Barack Obama recibió en la Casa Blanca a líderes del Senado y la Cámara de Representantes para discutir la situación en ese país.
El presidente Barack Obama se reunió esta tarde con líderes del Congreso para discutir sobre lo que puede hacer Estados Unidos respecto de la ofensiva sunita que amenaza con derrocar al gobierno chiita de Irak.

Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que Obama no ha decidido todavía qué respuesta dar a la crisis iraquí y que su reunión con los legisladores es parte de las consultas que se hacen sobre el asunto con el Congreso.

A la cita con el presidente acudieron los líderes demócratas de la Mayoría en el Senado, Harry Reid, y de la minoría en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, así como el presidente republicano de la Cámara, John Boehner, y el líder de la minoría senatorial, Mitch McConnell.

Antes de la reunión, el demócrata Reid declaró que EE.UU. no debe enviar tropas a Irak, un país “en guerra civil”, mientras que el republicano Boehner dijo tras el encuentro que Washington “no debe absolutamente” coordinar ninguna respuesta a la crisis con los iraníes

Aunque el presidente Barack Obama ya ha dicho que no enviará tropas de combate, quedan las opciones de bombardear con drones, dar asistencia a las fuerzas de seguridad y urgir a Nuri al Maliki a que gobierne de forma incluyente.

Hay varias notas y editoriales de prensa en los periódicos estadounidenses que tratan de influenciar la discusión.

El del New York Times, titulado “Un balance en Irak” aplaude la mesura del presidente Obama por el énfasis que ha puesto en la necesidad de impulsar reformas políticas por encima de cualquier intervención militar.

Sobre la posibilidad de ésta, el Times recomienda que en caso de que se haga, Obama debe dejar claro que cualquier acción militar será no para apoyar el gobierno de Maliki, sino para desbaratar el impulso de los insurgentes y darle espacio al ejército iraquí para reagruparse.

Por su parte el Washington Post asegura en un reporte que Maliki, lejos de estar perdiendo el control, lo está ganando, a pesar de que todo mundo le echa la culpa por sus políticas sectarias que han dividido el país.

De acuerdo al Post, las negociaciones sobre la formación de un nuevo gobierno iraquí han sido suspendidas, y en lugar de eso, las facciones chiitas que intentaban evitar que Maliki consiguiera un tercer período al frente del gobierno, ahora se han alineado con los sunitas y los kurdos en contra de la invasión de los militantes.

El otro que ha opinado es el ex vicepresidente Dick Cheney, principal propulsor de la invasión estadounidense a Irak en el tiempo de George Bush.

En un artículo de opinión publicado en el Wall Street Journal, firmado por él y por su hija Liz Cheney, dicen que “Rara vez un presidente estadounidense ha estado tan equivocado sobre tantas cosas a costa de tantas personas” y que las afirmaciones del presidente de que por fin se están acabando las guerras en Irak y Afganistán se han “estrellado” contra la realidad.

Asegura Cheney que derrotar a los militantes en Irak va a requerir “una estrategia, y no una fantasía”.

En contraste, el comentarista político conservador, Glenn Beck va más atrás y admite que los liberales tenían razón cuando se opusieron a la invasión de Irak. Beck reconoció que “no se puede forzar a los iraquís ni a nadie a que acepten la democracia”.

“Ni la quieren y ni siquiera la entienden”, dijo Beck.