En Estados Unidos, para muchos jóvenes ir a la universidad puede significar el dejar el nido. La mayoría abandona la casa y esto representa la liberación de sus padres y de ellos mismos.
Sin embargo, solo en 2010, en vez de “volar libres” un 85% por de los recién graduados universitarios dijeron que volvían a la casa de sus padres. Estos nuevos profesionales no tenían opción, según dijeron. Las perspectivas de trabajo eran muy reducidas debido a la actual economía.
De acuerdo a las estimaciones, 20 millones de jóvenes adultos estadounidense quienes dejaron el hogar por varias razones, han vuelto a sus casas. Algunos no podían costear los altos gastos de renta; otros están en problemas por las deudas con sus tarjetas de crédito, mientras que otros simplemente desean ahorrar dinero y se dieron cuenta que es muy buen negocio vivir sin tener que pagar el alquiler y contar con comida casera, mientras se construye una carrera profesional, se forma un grupo de música o se contempla qué hacer con el futuro.
“Los hijos búmeran” es como se les llama a aquellos que dejaron el hogar por mucho tiempo y luego regresan.
Y miles de estos hijos están también tocando a la puerta de abuelos y abuelas. El periódico The New York Times descubrió que en muchos pueblos, una vez los ancianos tienen el dinero para mudarse a un condominio de retiro, sus parientes más jóvenes felizmente se mudan con ellos.
Eche un vistazo a las canchas de tenis, piscinas o clases de ejercicios en estas comunidades de retiro de lujo estadounidenses y siempre se encontrará un “adulto joven”, no solo verá hombres y mujeres canosas, sino también jóvenes en la flor de sus vidas.
No es que no haya decisiones difíciles que tomar en estos sitios. ¿Será que juego golf o hago aeróbic? ¿Qué dijo que hay en el menú de la cena?
La verdad es que volver a la casa de sus padres o abuelos tiene sus inconvenientes. Pero, ¿cuántos apartamentos de recién graduados tienen aire acondicionado central, lavadora, secadora y las llaves del auto de la familia colgadas en la puerta?
Pero estos “hijos búmeran” dijeron al Times que a pesar de las comodidades de la vida en un condominio, hay dificultades. Vivir con los padres o abuelos puede poner un freno real a la vida amorosa.