El 20 de julio de 1969, los astronautas estadounidenses Neil Armstrong y Edwin Aldrin se convirtieron en los primeros hombres en poner los pies en la superficie lunar
La agencia espacial de EE.UU., la NASA, está celebrando con estilo el 50 aniversario de este evento histórico mediante la restauración y reapertura de la sala de control que manejó la histórica misión Apolo 11. Hoy es un museo, pero parece tan vivo y real como lo fue en 1969, como si los ingenieros y los científicos se hubieran alejado por un momento.
"El Águila ha aterrizado" estas fueron las primeras palabras que los ingenieros de Control de la Misión escucharon de la Luna, cuando se abrió un nuevo capítulo en la exploración espacial.
Gene Kranz, era el director de vuelo del Apolo.
"Acabamos de aterrizar en la Luna y la tripulación apagó el motor. Y ahora, mientras el mundo celebra, mi equipo tiene que seguir trabajando porque tenemos que asegurarnos de que sea seguro permanecer en la superficie de la Luna."
El Centro de Control de la Misión en Houston gestionó los vuelos espaciales durante otras dos décadas. En 1992, el equipo de control se trasladó a una parte más moderna del centro espacial y se cerró la sala histórica como recuerda Kranz.
"Así que limpié lo que quedaba en las consolas, me deshice de las botellas y latas ... Ocasionalmente había cosas en las papeleras. Básicamente, este lugar no era representativo de los controles históricos de la misión".
En 2013, un grupo de renovadores se adjudicó el contrato para restaurar el aspecto de la sala a como lucía el 20 de julio de 1969.
Adam Graves es el jefe de preservación histórica.
"Treinta y cinco entrevistas con los controladores de vuelo, se sentaron en cada consola y señalaron los botones con los que más interactuaron y lo que hicieron en su consola y realmente ayudó al proceso de restauración ... Para poder averiguar qué era lo más importante en esa consola".
Los renovadores pasaron cinco años haciendo una investigación meticulosa.
El mayor desafío era restaurar las consolas y asegurarse de que las pantallas grandes, los elementos más grandes y más visuales de la sala, se vieran exactamente igual que hace medio siglo.
Ningún detalle era demasiado pequeño. Los renovadores encontraron papeles de finales de la década de 1960, así como ceniceros, cigarrillos y latas de refrescos.
El Centro de Control de la Misión restaurado está abierto para los turistas, que pueden verlo a través de una gran pared de vidrio.