La emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus ha evidenciado la falta de aliados con los que cuenta el presidente nicaragüense Daniel Ortega en América Latina, consideraron analistas consultados por la Voz de América.
Desde que se reportó el primer caso de COVID-19 a mediados de marzo, el gobierno de Nicaragua no ha recibido ningún préstamo o donativo de los gobiernos del hemisferio, ni siquiera de sus aliados de izquierda, que integran la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA).
El exembajador de Managua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Edgard Parrales, explicó a la VOA que la “torpeza y terquedad” con la que Ortega ha manejado la pandemia ha traído consecuencias que no lo afectan a él directamente, sino a la ciudadanía.
“En realidad, los únicos países aliados (que tiene Ortega) son Venezuela y Cuba. En el Caribe hay unas pequeñas islas que lo respaldan, pero no creo que puedan ayudar, más bien requieren ayuda”, comentó Parrales.
El exdiplomático señaló que Venezuela y Cuba también requieren apoyo de otros países para atender sus propias crisis económicas y sanitarias.
“Ninguno de estos países puede ayudar. Cuba mas bien le vendió a Nicaragua Interferón (medicina usada para tratar a pacientes con COVID-19 en el país), y todo por la torpeza de no aceptar la realidad, por no seguir las pautas de las organizaciones sanitarias”, añadió Parrales.
Con respecto a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), -una iniciativa impulsada por los fallecidos presidentes de izquierda Fidel Castro, de Cuba, y Hugo Chávez, de Venezuela-, el exdiplomático considera que dejó de tener un cierto impacto desde el comienzo: "Eso del ALBA ahora es un cascajo. Es una mera ilusión”.
Otros gobiernos de América, como México y Argentina, que simpatizan con el gobierno de Ortega tampoco han brindado apoyo para contener la pandemia.
“Argentina tiene un enorme problema con el Fondo Monetario Internacional. México, igual tiene enormes problemas y no tiene ningún interés en ayudar a Nicaragua”, dijo el exembajador.
No hay transparencia
Por su parte, el diputado opositor Maximino Rodríguez sostiene que tampoco los organismos financieros multilaterales han destinado préstamos a Nicaragua por la falta de transparencia durante la pandemia.
“Recordemos que la pandemia tiene incidencia en el mundo entero, por tanto, cada país está con su propio problema y en los organismos internacionales donde Ortega puede acceder está vetado porque está acusado de crímenes de lesa humanidad. Por tanto, ha tenido que buscar otro tipo de aliados financieros para mitigar un poco la escasez de recursos que tiene”, comenta el legislador.
No obstante, funcionarios gubernamentales sostienen que el sistema sanitario de Nicaragua cuenta con suficientes fondos del Presupuesto General de la República para enfrentar la pandemia.
Uno de ellos es el diputado oficialista Wálmaro Gutiérrez, presidente de la Comisión Económica del Parlamento Nacional, quien alega que, pese a las protestas antigubernamentales y la emergencia sanitaria, se han seguido construyendo hospitales y se ha fortalecido el sistema de salud del país.
“En esta segunda etapa de nuestra revolución, el Presupuesto General de la República, que con otros gobiernos no llegaba ni a los 3.000 millones de córdobas (unos 87 millones de dólares), hoy en día llega a más de 16.000 millones de córdobas anuales (462 millones de dólares) para el sector salud”, señaló Gutiérrez durante una sesión parlamentaria.
Aunque el gobierno de Ortega insiste en que la enfermedad está bajo control, recientemente ordenó la compra de más de 100 mil pruebas de detección de COVID-19, según informó el líder del sector privado de Nicaragua, José Adán Aguerri.