Una caravana de migrantes hondureños, que salió el miércoles en la noche con destino a Estados Unidos, comenzó a llegar este jueves a Guatemala, según informó la agencia de noticias AFP.
En un principio, un reporte de la oficina de migración de Honduras para su par en Guatemala indicaba que unas 900 personas estaban en la ciudad de Choloma con destino a El Corinto, señaló la Prensa Libre.
A través de redes sociales, se conoció la convocatoria que invitaba a partir desde la estación de autobuses de la norteña ciudad de San Pedro Sula.
Las fronteras de Guatemala fueron reabiertas hace dos semanas, tras el cierre implementado para poner freno a la propagación de la COVID-19. No obstante, los migrantes no esperaron para salir caminando o en microbuses, en busca de mejores oportunidades. Muchos alegan que lo hacen porque han perdido sus empleos y buscan oportunidades laborales en medio de la pandemia.
Según informó la Prensa Libre, al llegar a Guatemala, el Instituto Guatemalteco de Migración pedirá las pruebas negativas de PCR o antígeno, pasaporte vigente para menores de edad y documento de identificación o pasaporte, para los adultos.
La agencia de noticias AP señaló que los gobiernos de toda la región monitorean la situación. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Migración (INM) de México indicó en un comunicado que vigilaría que se produjera una migración “segura, ordenada y legal”.
Por su parte, la embajada estadounidense en Honduras recordó, a través de Twitter, que la migración a Estados Unidos era más difícil y más peligrosa que nunca debido al coronavirus.
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Según la Organización Internacional del Trabajo, se perdieron 34 millones de empleos en Latinoamérica por la pandemia.
La salida del grupo de migrantes el miércoles por la noche recordó a una caravana formada hace dos años, poco antes de las elecciones legislativas de mitad de periodo en Estados Unidos, recordó AP, en alusión al evento que se convirtió en un importante tema de campaña y avivó entonces los mensajes contra la inmigración.
Es común que ahora los migrantes centroamericanos viajen en grupo, pues ahorran costos y se sienten más seguros.
¿Qué les espera en EE.UU.?
Según lo últimos datos de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), durante el mes de agosto fueron detenidos 49.594 inmigrantes indocumentados en la frontera sur de Estados Unidos, la segunda cifra más alta para ese mismo mes en cinco años, después de agosto de 2019.
Sin embargo, desde octubre de 2019 hasta agosto de 2020, es decir, en los once primeros meses del año fiscal, el número total de detenciones en esa región fue de 345.267, un dato que contrasta con el número de aprehensiones en todo el año fiscal 2019, cuando su produjeron 977.509 capturas.
El presidente Donald Trump afirma, desde hace tiempo, que la disminución en los cruces irregulares de la frontera se debe a la política de su gobierno, que, entre otras consecuencias, ha obligado a medio millón de solicitantes de asilo en la frontera a esperar en México y ha enviado a Guatemala a otros cientos de ellos.
En febrero de 2019, Trump declaró una emergencia nacional -una medida que fue renovada un año después- con el fin de obtener el dinero que ha demandado al Congreso sin éxito para construir un muro a lo largo de la frontera con México y poder desplegar a militares en esa región.
Esto con el propósito de “hacer frente a la seguridad fronteriza y la crisis humanitaria que amenaza los intereses centrales de la seguridad nacional”, explicó en su momento la Casa Blanca mediante un comunicado.
También lea EE.UU. propone limitar admisión de refugiados a 15.000Además, la administración Trump viene restringiendo cada vez más la concesión de asilo, que es uno de los principales recursos que tienen a su disposición muchos de los migrantes que llegan a Estados Unidos desde Centroamérica. Precisamente este miércoles, cerca de la medianoche, el Departamento de Estado anunció haber comunicado al Congreso su decisión de reducir su programa de refugiados.
La cuota en 2021 será de 15.000 refugiados, frente a los 18.000 autorizados para este año, si bien es cierto que unas 7.000 de esas plazas no se han cubierto aún, en parte debido a las restricciones impuestas por la pandemia, que ha ralentizado los procesos de tramitación.
"La propuesta del presidente para el reasentamiento de refugiados en el año fiscal 2021 refleja el continuo compromiso de la Administración de priorizar la seguridad y el bienestar de los estadounidenses, especialmente durante la actual pandemia de la COVID-19", informó el Departamento de Estado en un comunicado.
Trump ha reiterado que su objetivo de poner al fin al flujo de caravanas de migrantes centroamericanos, así como al tráfico de drogas y la delincuencia procedente de estos países.