Representantes de los Gobiernos de Guatemala, México y Estados Unidos formularon una declaración conjunta, la cual busca reforzar los controles migratorios en puestos fronterizos, de los países de transito, además de preservar la salud de sus habitantes ante la emergencia sanitaria del COVID-19.
De acuerdo con lo información presentada por los representantes de los tres países, el acuerdo preparado desde diciembre del 2020, contempla evitar los movimientos migratorios masivos, como la caravana de migrantes proveniente de Honduras y que entró por la fuerza en territorio guatemalteco buscando llegar a la frontera sur de Estados Unidos.
El canciller Pedro Brolo pidió además la colaboración de los países vecinos para tomar acciones frente a la inmigración irregular y “demostrar con hechos que no se tolerarán y se contrarrestará cualquier intento de conformación de flujos masivos de personas”.
El funcionario enfatizó que la migración irregular agrava los peligros a lo largo de las rutas migratorias y que este tipo de movimientos en plena pandemia del COVID-19 pone en riesgo no solo la salud de las personas que los integran, también lo hace con las de los países de tránsito.
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Además, apuntó que “los grupos que migran de manera irregular están constantemente expuestos a vejámenes y transgresión de sus derechos humanos al ser potenciales víctimas de tráfico y trata de personas”.
Deportaciones y programas
William Popp, embajador de Estados Unidos en Guatemala, hizo énfasis en que toda persona que migre ilegalmente e intente ingresar a territorio estadounidense será deportada, ya que la inmigración irregular se está tomando como un asunto de “seguridad nacional sanitario” que busca detener la propagación de la pandemia.
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Popp pidió que cualquier persona que quiera sumarse a nuevas caravanas, desista, ya que su “mensaje es claro, nuestra frontera permanece cerrada para aquellos que intenten entrar de manera ilegal e irregular", además agregó que “los inmigrantes que crucen la frontera de Estados Unidos de manera irregular serán retornadas de forma inmediata”.
Opinión similar compartió el embajador de México acreditado en Guatemala, Romeo Ruíz Armento, quien además explicó que su país está en toda la disposición de “seguir fortaleciendo los vínculos de colaboración para hacer frente a este problema”.
Armento hizo un llamado a los migrantes “centroamericanos a que no abandonen sus casas, no pongan en peligro a sus familias” y pidió tomar en cuenta que tanto Guatemala, como México y Estados Unidos viven una crisis por el COVID-19, tema que no se debe tomar a la ligera y que cada vez que se dan movimientos, como la caravana vivida hace más de una semana, los números de contagios se disparan.
En una publicación hecha en Twitter la embajada de Estados Unidos en Guatemala apuntó que el compromiso adquirido por los tres países contempla "crear oportunidades económicas y alternativas a la inmigración ilegal".