Medios digitales en Nicaragua surgen en medio de presión de Ortega a medios tradicionales

Un periodista de un medio digital dando cobertura a una protesta en Managua. [Foto: Houston Castillo / VOA]

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Indiana Cajina, una periodista que estuvo trabajando en El Nuevo Diario, el segundo periódico más antiguo de Nicaragua, quedó desempleada cuando los directivos del medio cerraron la empresa a finales de septiembre del año pasado, argumentando circunstancias económicas, técnicas y logísticas.

Cajina encontró trabajo meses después en el medio digital Nicaragua Investiga, una de las 28 nuevas alternativas en línea que han surgido después de las protestas antigubernamentales iniciadas en abril del año 2018. En menos de dos años, este medio alcanzó los 100.000 suscriptores en YouTube, convirtiéndose una de sus principales fuentes de ingresos.

La migración de la joven de 23 años, de un periódico impreso a un portal digital, la tomó por sorpresa. Si bien se trata del mismo trabajo de informar, la dinámica es distinta.

La periodista Indiana Cajina laboraba en el periódico El Nuevo Diario, hoy trabaja en el medio digital Nicaragua Investiga. Foto Houston Castillo/VOA.

“Se siente la diferencia, porque cuando estaba en un medio impreso había un equipo bastante grande, pero cuando haces el traslado a un medio digital es diferente. Ya no hay una gran sala de redacción compuesta por varias áreas o personas. No hay equipos de fotógrafos o múltiples editores, sino hay poco personal y el periodista hace múltiples tareas. Me impresionó la primera vez”, explica Cajina.

Durante las protestas en Nicaragua, Cajina veía la diferencia entre un reportero de un medio tradicional que caminaba acompañado con un fotógrafo, pero ahora que trabaja en un medio digital tiene mayores tareas. “Es un reto grande ser multimedia”, añade.

Uriel Velázquez, otro reportero que trabajó en el desaparecido periódico El Nuevo Diario, fundó junto a otros colegas el medio digital Despacho 505. Al igual que Indiana, experimentó el proceso de transición en un corto tiempo.

“Uno estaba acostumbrado a tener muchas facilidades en el periódico, pero al pasar a lo digital vos sos todo: tu redactor, vos tomás la foto, montás la nota al sitio web y hacés otro tipo de cosas; es un mundo completamente nuevo para los periodistas que hemos migrado de lo tradicional", comparte Velázquez.

Este periodista ve como un reto poder informar a la ciudadanía en una época en que un buen porcentaje de las personas consume información en los teléfonos y las computadoras.

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“Muy pocas personas toman un periódico o se sientan una hora frente a la televisión; ahora todo es mas rápido y en eso estamos aprovechando bastante el contexto para informar, crecer e informar, pero sobre todo aprender del periodismo digital”, señala.

Despacho 505 ha publicado varios trabajos que se han destacado por su labor investigativa. Por ejemplo: la adquisición de alcohol gel e insumos médicos comprados por la presidencia para proteger al presidente Daniel Ortega y su familia de COVID-19. La situación se dio mientras los medios de comunicación que controla la familia presidencial minimizaban la pandemia en su momento más crítico.

Parte del equipo web de Despacho 505 se encuentra en Nicaragua y otra en el exilio por las constantes amenazas contra los reporteros, relata Velásquez, y comparte que por esa razón algunos artículos no llevan firmas de los reporteros.

Retos de los medios digitales

Velázquez, de Despacho 505 y Cajina, de Nicaragua Investiga, comparten por separado a la VOA los retos que enfrentan los medios digitales en el país. Además, mencionan que el gobierno de Daniel Ortega no puede actuar contra estos medios tan frontalmente a través de las instituciones públicas, pero advierten que hay otros mecanismos.

El periodista de Despacho 505, Uriel Velázquez. [Foto: Cortesía].

“Dentro de los principales desafíos está la sostenibilidad del medio, no hay una paga fija, la publicidad del estado es nula, porque, por supuesto, el régimen no va a financiar a un medio que lo critica y expone sus violaciones de derechos humanos”, señala Velázquez.

Agrega que, por esta razón, muchas veces el salario de los periodistas es variable y comparte que hasta el momento el proyecto se mantiene por donantes de organizaciones.

Cajina, por su parte, afirma que la seguridad es otro obstáculo que intentan superar, pero sobre todo el acceso a la información pública. En muchos casos, los funcionarios no hablan con los medios digitales.

“Los medios tradicionales enfrentan la censura o falta de acceso a la fuente, ahora imaginemos los digitales”, señala Cajina, quien ve un panorama incierto para el periodismo convencional.

Por otro lado, Velázquez dice que el apoyo del sector privado en Nicaragua es casi nulo con los medios independientes, pese a que constantemente emiten comunicados solidarizándose por el cierre de los espacios de información.

“La parte del sector empresarial también es casi nula, debería haber más conciencia de parte de la empresa privada para apoyar a medios digitales, porque si no hay sostenibilidad corremos el riesgo de desaparecer. Nosotros ya llevamos dos años y lo que hemos tenido que hacer es apelar a donaciones de organismos internacionales”, puntualiza Velázquez.

La situación del periodismo es crítica en Nicaragua. Al menos 20 espacios informativos han sido cerrados, autocensurados o asfixiados económicamente por el gobierno del presidente Daniel Ortega, según la Fundación Violeta Barrios de Chamorro.

Dos medios de comunicación permanecen tomados por la Policía Nacional y uno se encuentra embargado por un el fallo de un juez de Managua por su postura crítica a la administración sandinista, según organizaciones como Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN).

Según el más reciente informe de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, solo en el mes de agosto hubo un total de 20 casos de violación a la libertad de prensa en Nicaragua, de los cuales el 80% fueron cometidos por agentes estatales, como oficiales de la Policía Nacional.