Nicaragua: exportaciones resisten impacto de COVID-19

La Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua dice que los envíos en el primer semestre aumentaron en ingresos.

El presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua dijo que se ha exportado menos volumen, pero explicó que la COVID-19 ha dado un gran impulso al precio del oro.

Las exportaciones nicaragüenses han resistido al impacto del COVID-19 y se mantienen como el único rubro de crecimiento económico que le queda al país, reflejan datos oficiales y grupos empresariales.

Según cifras oficiales, en los primeros seis meses del año entraron al país 1.580,27 millones de dólares, 154,17 millones de dólares más con respecto al mismo periodo del 2019, cuando el total fue de 1.426,10 millones de dólares.

El presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua, Guillermo Jacoby, dijo a la Voz de América que durante la primera mitad del año los envíos aumentaron 10,8% en ingresos.

“Ha habido una subida en las cifras de exportación en términos de valor (y) también una pequeña subida en términos de volumen”, explicó Jacoby.

El principal destino de los productos nicaragüenses sigue siendo Estados Unidos, dijo Guillermo Jacoby, presidente de APEN.

Sin embargo, agregó, “la brecha que había entre el porcentaje que se había subido en términos de valor y en términos de volumen se ha hecho más grande. Eso significa que se ha exportado menos volumen, pero hay un gran impulso que le ha dado el COVID al precio del oro”.

Los principales rubros que han mantenido al sector a flote son: el oro, la carne, el café, los frijoles, el azúcar de caña, el maní, el queso, el tabaco en rama y el camarón de cultivo. El crecimiento en volumen que registra el sector es del 2,7% con relación al mismo periodo del año pasado.

El principal destino de los productos nicaragüenses sigue siendo Estados Unidos con 703,51 millones de dólares, que significaron el 44,6 % del total de las exportaciones.

Jacoby señaló que en los últimos tres meses, que han sido los de mayor impacto de la pandemia del COVID-19, las exportaciones han disminuido, pero esto forma parte del movimiento anual de los productos de exportación.

“Del 60 al 61% de las exportaciones se hace los primeros seis meses, a partir de marzo como ya se exportaron los principales granos. Este es un comportamiento normal. Por el momento diría yo que estamos en el rango normal dentro del régimen tradicional”, agregó.

La exportaciones bajo el régimen de zonas francas si han sido afectadas por la pandemia. Aunque en términos generales el sector resiste a la pandemia, la crisis sanitaria está golpeando con fuerza las exportaciones textiles nicaragüenses que se envían a Estados Unidos.

Hasta mayo, el sector dejó de vender a este mercado 142 millones de dólares según un análisis del sector de los datos ofrecidos por la oficina de Textiles y Ropa de la administración de Comercio Internacional en Estados Unidos.

Dean García, director ejecutivo de la Asociación Nicaragüenses de la Industria Textil y Confección, aseguró que las empresas de zonas francas en el país se encuentran en un estado de “sobrevivencia”.

“Eso repercute en nuestro mercado y redujeron las órdenes de trabajo. A partir del mes de abril es que estamos viendo los efectos; al fin de que la reducción por mes de los ingresos por exportaciones se redujo en un 50%”, dijo.

Dean García, director ejecutivo de la Asociación Nicaragüenses de la Industria Textil y Confección.

Sumando los primeros tres meses del año que no registran afectaciones por la pandemia la caída de las exportaciones textiles es de un 20%.

García explicó que el impacto ha sido directo sobre la producción y el empleo local.

“Desde el inicio de la pandemia se enviaron a sus casas a 40.000 trabajadores. Se ha logrado reintegrar la gran mayoría en la medida que se lograron reiniciar las labores, pero al menos 9.000 personas quedaron desempleadas”, añadió.

En general, el sector exportador nicaragüense espera que se logre una apertura fluida de los mercados, principalmente de Estados Unidos, que permita evitar una caída de los ingresos por la incertidumbre provocada por el COVID-19.