La crisis sociopolítica en Nicaragua parece profundizarse más de cara a las elecciones previstas para este 7 de noviembre. El martes, la Policía Nacional lanzó una redada contra opositores y precandidatos presidenciales, a quienes arrestó y acusó de varios delitos.
En horas de la tarde fue detenido el precandidato y politólogo graduado de Harvard Félix Maradiaga, mientras que por la noche fue arrestado el precandidato presidencial y economista Juan Sebastián Chamorro.
También fueron detenidos el expresidente de la patronal nicaragüense José Adán Aguerri y la líder opositora Violeta Granera, pero esta última, a excepción del resto, quedó bajo arresto domiciliario.
A todos los opositores se les investiga por supuestamente “realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía, y la autodeterminación”, todo esto establecido en la Ley de Defensa de los Derechos del pueblo, aprobada en diciembre pasado bajo fuertes cuestionamientos y sospechas de que iba a ser utilizada en un año electoral para inhibir a los opositores.
El director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, comentó que en los últimos 30 años nunca había visto algo semejante, en alusión a las detenciones, que hasta este 8 de junio sumaban seis: cuatro precandidatos presidenciales, una líder opositora, y un exdirigente del sector privado.
El Gobierno de Estados Unidos por su parte dijo que la creciente represión contra los líderes políticos y de la sociedad civil, exigen una respuesta internacional urgente.
“El régimen de Ortega es responsable del bienestar de los detenidos. Deben ser liberados inmediatamente”, escribió en Twitter Julie Chung, subsecretaria interina para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, exigió la liberación de Juan Sebastián Chamorro, así como del resto de los opositores detenidos en esta nueva jornada represiva.
“Urge la liberación de Juan Sebastián Chamorro y de todos los demás presos políticos en Nicaragua y que cese el hostigamiento y la opresión de la dictadura del patricida Daniel Ortega. Nicaragua merece ser libre y democrática”, dijo Almagro.
¿Miedo o debilidad?
De acuerdo con la exguerrillera sandinista y hoy disidente Dora María Téllez, las acciones del presidente Daniel Ortega son un “símbolo de la debilidad de la dictadura”.
“Estamos viendo en estos cinco días que han pasado, desde la captura de Cristiana y los ex trabajadores de la Fundación Chamorro, un símbolo de la debilidad de la dictadura. Si estarían fuertes y hubiesen logrado controlar la crisis sociopolítica, no tendrían ningún problema, ejecutarían su fraude en cámara lenta y no hubiesen tomado estas medidas”, comentó Téllez a la Voz de América.
Afrimó que “sin duda, todo refleja debilidad y agonía severa que no ha podido resolver, y básicamente la dictadura ha apuntado a la represión. Han sido tres años de cárcel, asedio y persecución”.
Las elecciones generales en Nicaragua están previstas para noviembre. Con el arresto de al menos cuatro precandidatos presidenciales, las esperanzas de vencer a Daniel Ortega cada vez se reducen más, al sacar de la contienda a los líderes con mayor simpatía y aceptación en la ciudadanía.
Aun así, la oposición ha llamado a mantenerse firmes con la expectativa de derrotar al mandatario sandinista por la vía electoral, acudiendo a las urnas.
“Aquí tenemos una oposición sólida, si nos quitan candidatos, pues vamos a participar con quien quede. Tenemos que seguir luchando por esa vía (electoral), porque sabemos que, si hay un voto masivo en noviembre, Ortega será derrotado”, dijo la presidenta del partido Ciudadanos por la Libertad, Kitty Monterrey, en una conferencia de prensa días atrás.
Según las encuestas, más del 70% de los nicaragüenses aspiran a un cambio en la nación, golpeada por una crisis sociopolítica que se originó en abril de 2018.
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