El gremio artístico de Nicaragua, que ya había recibido un duro golpe con la crisis social de 2018 y sus efectos en la economía y el turismo, enfrenta ahora las inevitables consecuencias de la COVID-19.
En la conocida rotonda de Bello Horizonte, en Managua, un grupo de mariachis espera todas las tardes y las noches a que llegue algún ciudadano que desee contratarlos para animar una celebración con música. Los últimos meses la pandemia han alargado esas horas de espera.
Pablo Sánchez, con casi 30 años en el negocio de la música de mariachis reconoce que esta ha sido de sus peores etapas económicas.
“Ha bajado todo lo que son las fiestas de cumpleaños, se ha bajado un 50%. No hay nada (…) y antes nosotros ni abasto dábamos”, se lamenta.
Además de la reducción en sus ingresos, los artistas que ofrecen sus servicios en las calles de la ciudad temen estar más expuestos al contagio del nuevo coronavirus, pero aseguran que “no existe otra alternativa” que seguir allí.
“Vemos afectada nuestra salud, uno puede salir contagiado, pero de esto vivimos nosotros y esto es lo que sabemos hacer y aquí estamos dando la batalla”, dijo José Ignacio Silva, otro músico que también esperaba una oferta en la rotonda de Bello Horizonte.
Las implicaciones no solo han sido monetarias, la reconocida artista independiente Gaby Baca reconoce que el distanciamiento social afecta los procesos creativos del arte, en su caso la música con contenido social.
“Yo también, para crear, tengo mucho contacto con la gente. Me muevo, camino, busco historias, no solo en la parte de las presentaciones y ganarse la vida, sino el contacto mismo de la problemática, poder estar ahí, como cuando me fui a Monimbó, a las universidades, a los tranques”, explicó la artista, cuyo repertorio contiene canciones de índole ecológico, feminista y de defensa de los derechos humanos.
Ella explica que los artistas musicales están buscando la manera de tener la cercanía con sus fanáticos y oyentes, y que esta pandemia no es un impedimento para que la música suene o para que los artistas lancen algún proyecto musical nuevo.
De hecho, hay diferentes artistas que pese al coronavirus se han dispuesto a lanzar sus más recientes creaciones por las redes sociales, como una herramienta eficaz para seguir en contacto con su público.
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El béisbol, el boxeo y el fútbol son las principales disciplinas deportivas en Nicaragua y se mantienen con agenda reducida, pese a los esfuerzos del gobierno por sostener una imagen de normalidad, según contó a la Voz de América el cronista deportivo Miguel Mendoza.
Mendoza sostiene que “el gobierno es incapaz de cancelar una actividad deportiva, pero los propios atletas se están cuidando. O sea, que sí ha afectado enormemente. Además, la gente se está cuidando. Los escenarios están bastante vacíos”.
Añadió, que, pese a que es temporada semifinal del béisbol, considerado “el deporte rey” en el país, los estadios se mantienen vacíos.
“Uno mira que en el estadio de béisbol ofrecieron la meta de 5.000 boletos y en el primer juego no vendieron ni 200”, explicó.
Mientras, el boxeo no reporta actividades y el fútbol concluyó su campeonato con medidas estrictas y a puerta cerrada. En general, los eventos artísticos y deportivos siguen en su mayoría suspendidos.
Los nicaragüenses están prefiriendo quedarse en casa los fines de semana, acatando de forma voluntaria las recomendaciones internacionales para prevenir contagios de COVID-19.