El gobierno de Daniel Ortega ha dicho que la decisión del Ministerio de Educación de Nicaragua de impartir clases por el canal de televisión estatal como medida “de reforzamiento” a este sector ha sido “exitoso”, pese a críticas en la nación centroamericana.
Aunque Nicaragua decidió no suspender las clases presenciales durante la pandemia, el gobierno indicó semanas atrás que estarían transmitiendo “teleclases”. Expertos sostienen que la medida es poco productiva, alegando que gran parte de los estudiantes no tiene acceso a internet o televisión.
“Se dio la oportunidad de teleclases, pero la decisión fue tardía y no existen condiciones en Nicaragua para implementarlas”, dijo a la Voz de América Guillermo Medrano, experto en temas de educación.
Según Medrano, Nicaragua enfrenta muchos retos y la educación tiene rezagos en cuanto a la calidad. Además, afirma que hubo tiempo suficiente para preparar al sector educativo para las teleclases. Por otro lado, señala que la educación debe priorizar a sectores más vulnerables “y hay lugares donde las teleclases no llegan”.
“Es una medida dirigida a las poblaciones urbanas. Tomemos en referencia que en Nicaragua no todos tienen acceso al internet, ni a televisión. Solo en internet la ciudadanía apenas tiene el 17% de acceso”, comenta Medrano.
Lesbia Rodríguez, de la Unidad Sindical Magisterial, coincide al comentar que las teleclases fueron creadas de forma improvisada y eso se nota en el contenido de los educadores al impartir las asignaturas.
“Los alumnos y padres de familia ignoraban que las clases iban a ser transmitidas en canales del estado. Los expositores no tienen dominio de clases a desarrollar y los temas no fueron seleccionados”, critica Rodríguez en una entrevista con la VOA.
Por eso, la sindicalista indica que esta estrategia de reforzamiento no dará buenos resultados y reitera el punto de que hay sectores rurales del país que están siendo excluidos.
Como forma de aliviar la situación del sistema educativo en Nicaragua, Medrano sugiere hacer una buena inversión a este sector.
“Los maestros aún están evaluando (las asignaturas) como en la década de los 70. Hace falta niveles de inversión, por tanto, las teleclases solo llegan a un sector de la población, pero no a la mayoría”.
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Medrano advirtió que se tengan en cuenta las comunidades de la Costa Caribe Norte y Sur de Nicaragua, donde hay idiomas nativos.
“Todas las clases se desarrollan en español. Entonces ¿dónde quedan los niños de las comunidades de la Costa Caribe Norte y Sur? Tomando en cuenta que ellos tienen otro lenguaje de aprendizaje como el misquito, el zumo, el rama y en esas comunidades donde no hay conexión, ¿entonces, para ellos no hay educación?”, cuestiona Medrano.
Nicaragua es ejemplar, dice oficialismo
Pero el oficialismo tiene una visión distinta. José Antonio Zepeda, diputado sandinista y secretario de la oficialista Asociación Nacional de Educadores de Nicaragua (ANDEN) dice que el modelo implementado en el país es de referencia en América Latina y ha sido retomado por otros países de la región.
“Hoy México toma como un ejemplo las teleclases. Hizo un acuerdo con las emisoras, incluso con las televisoras privadas. Vemos que Nicaragua sigue siendo un ejemplo a nivel no sólo de Centroamérica sino de América Latina”, dijo Zepeda a la VOA.
En tanto la vicepresidenta, Rosario Murillo, ha dicho en los medios oficiales que las teleclases han sido importantes para el reforzamiento escolar.
“Esta vez es educación especial incluyente. Gracias a Dios hemos logrado reunir en esta otra modalidad de intercambio y de aprendizaje”, dijo Murillo.
Por otro lado, la ministra de educación, Miriam Ráudez, defendió la implementación de las teleclases y dijo que “han servido para reforzar conocimientos y aprendizajes” en el país.
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